Salud y digitalización

Hay que saber aprovechar las oportunidades en pro de la eficiencia

Es evidente que vivimos tiempos en los que la digitalización está cambiando ampliamente la forma de trabajar, la forma de comprar y la forma de organizar las empresas y el conjunto de organizaciones. La pandemia ha acelerado la incorporación de la digitalización a muchos aspectos de nuestra vida. En el ámbito sanitario la digitalización está revolucionando tanto la forma de relación con los pacientes, como entre profesionales y niveles asistenciales. Quiero señalar la enorme oportunidad que supone el uso de las tecnologías digitales en el objetivo de ampliar las oportunidades de acceso y relación de los pacientes con el sistema sanitario y sus profesionales.

Aunque la digitalización supone también un desafío para asegurar que no se traduzca en una barrera para la calidad asistencial (lo que requiere la adopción de medidas y garantías específicas y la aplicación en situación y servicios muy concretos), es importante señalar que ofrece enormes ventajas potenciales que hay que aprovechar. Uno de los beneficios se refiere a la posibilidad de asegurar acceso a determinados servicios sanitarios sin necesidad de presencialidad y sin ajustarse necesariamente a horarios limitados. De hecho, ya es una realidad la oferta de acceso a cualquier hora del día con la posibilidad de contacto con un profesional sanitario para determinados servicios. Esto se traduce en una mayor capacidad de adaptación de las organizaciones a las necesidades y circunstancias de los pacientes.

Con la información clínica y los datos que a través de determinadas app se pueden recoger relativos a actividades, alimentos ingeridos y otras variables que influyen en una patología, y con la capacidad de análisis de toda esta información, se pueden ofrecer (y se ofrecen ya) consejos y prescripciones totalmente adaptadas a la realidad y a la situación de cada paciente, en lo que viene a ser una medicina personalizada.

La capacidad de gestionar y analizar millones de datos en poco tiempo aplicando algoritmos propios de la inteligencia artificial, abre opciones para una mejor calidad y para una mejor asistencia sanitaria, con más eficacia y más eficiencia. Este tipo de respuestas más personalizadas y más orientadas a la realidad de los parámetros clínicos y factores de riesgo y de estilos de vida de cada paciente concreto, son ya una realidad.

El avance en este ámbito es imparable y se irá extendiendo con un crecimiento exponencial en un futuro inmediato. Tanto la sanidad privada como la sanidad pública caminan en esta dirección en todo el mundo y lo hacen al mismo tiempo que otros sectores productivos incorporan respuestas digitales de las que habrá un aprendizaje cruzado. Y sin ánimo de ser exhaustivo, dado que hay otras muchas derivadas de la salud digital que analizaremos en el futuro, no hay que olvidar que la digitalización abre opciones de enorme interés para la coordinación entre profesionales con reuniones de trabajo mediante videoconferencias que permiten trabajo conjunto entre profesionales de centros sanitarios y niveles diferentes. Las sesiones clínicas y organizativas que son más fáciles de hacer ahora, abriendo más espacios a la colaboración y al trabajo en equipo.

Como podemos ver, la digitalización ofrece oportunidades que hay que saber aprovechar en beneficio de la calidad y la eficiencia del trabajo sanitario. Un desafío que ya está en la agenda institucional y del que podemos esperar avances muy interesantes sobre los que estaremos atentos.

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