Coronavirus

Ningún suplemento alimenticio ayuda a frenar la Covid

Los suplementos ayudan a reforzar nuestro sistema inmune pero no a erradicar el COVID-19

Los suplementos ayudan a reforzar nuestro sistema inmune pero no a erradicar el COVID-19 / Archivo

Ya el pasado 26 de marzo de 2020, ante la creciente alarma en la población ante un contagio por coronavirus, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, AESAN, advirtió sobre diversos complementos alimenticios que estaban empezando a comercializarse y que, supuestamente, prevenían y frenaban el coronavirus. 

En esta ocasión, un nuevo estudio arroja luz sobre estos suplementos. Publicado en la plataforma de revistas orientadas hacia la comunidad médica BMJ, British Medical Journal, recalca que si bien hay suplementos que pueden mejorar la infección, esto no evitaría el contagio ni frenaría el avance del SARS-CoV-2.

Sin base científica

El mercado de suplementos del país donde se ha realizado la investigación, Reino Unido, ascendió un 19,5% en el período previo al confinamiento nacional a principios de marzo de 2020. Esta cantidad aumentaría en un 110% en las ventas de vitamina C y en un 93% en las ventas de suplementos multivitamínicos. Por su parte, las ventas de suplementos de zinc aumentaron un 415 %.

La investigación se ha basado en estudiar el comportamiento de los usuarios de la app COVID-19 Symptom Study, los cuales son consumidores habituales de estos suplementos dietéticos. La exposición principal del consumo fue durante las primeras oleadas de la pandemia hasta el 31 de julio de 2020. En este período los voluntarios ya tenían mínimo un consumo diario y constante durante los tres meses anteriores. 

De los datos de las 372.720 personas estudiadas de Reino Unido, 175.652 eran consumidores habituales de complementos alimenticios mientras que 197.068 voluntarios no consumían ningún tipo de suplemento. Si bien, es cierto que los que tomaban probióticos, ácidos grasos omega-3, multivitaminas o vitamina D tenían un riesgo menor de infección por SARS-CoV-2. En los que tomaban suplementos de vitamina C, zinc o ajo no se encontró ningún efecto positivo respecto al COVID-19.

En cuando a la división por sexo, edad e índice de masa corporal, IMC, el estudio confirma que las mujeres que tomaban probióticos, ácidos grasos omega-3, multivitamínicos y vitamina D, de cualquier grupo de edad, contaban también con estos efectos protectores. Estos escudos no se observaron en hombres. Esto suponía un menor riesgo de dar positivo  en la prueba del SARS-CoV-2 para aquellas mujeres consumidoras de de probióticos, ácidos grasos omega-3, suplementos multivitamínicos o de vitamina D.

Sin embargo, con todo esto y a pesar de que sí que existe un papel biológico en el sistema inmunológico por parte de ciertas vitaminas, no hay pruebas científicas ni sólidas que respalden la prevención de la infección gracias a estas vitaminas o complementos. La vitamina D, por ejemplo, podría reducir la trasmisión del COVID-19 porque mejora la inmunidad antiviral y reduce de esta manera la mortalidad al contrarrestar las citocinas relacionadas con un COVID-1 más grave. Pero no obstante, estas evidencias también podrían fundamentarse en otros factores como la etnia, la exposición al virus o al nivel socioeconómico de la persona en cuestión. 

De esta forma, los investigadores advierten de que se requieren nuevos ensayos controlados aleatorios de suplementos seleccionados para demostrar estos efectos protectores, así como los posibles efectos secundarios sobre la gravedad de la enfermedad antes de poder hacer recomendaciones basadas en la evidencia. 

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