Salud y Bienestar

La apariencia de un fármaco incide en el cumplimiento terapéutico

El mercado y la industria del medicamento se divide en dos grandes sectores, aquel que se denomina innovador y aporta nuevas moléculas y patentes al mercado y aquel que se dedica a la fabricación y venta de fármacos cuya patente ha expirado. Los tiempos de evaluación al microscopio del gasto y del aporte real de las innovaciones son propicios para significarse. El pasado jueves, el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla acogió un debate sobre la bioaparencia organizado en colaboración con Pfizer. Este término alude a la apariencia física y externa de una presentación farmacológica. En este encuentro, moderado por el periodista Alfonso Pedrosa, se quiso subrayar el papel de lo innovador incluso cuando deja de serlo; "una herramienta terapéutica que, incluso tras la pérdida de patente, permite la entrada en el mercado de medicamentos genéricos, realiza una aportación a la sostenibilidad del sistema mediante la bajada automática del precio que los sitúa a ambos al mismo nivel", se dijo.

Juan Pedro Vaquero, Secretario del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, que expuso las medidas que las Comunidades Autónomas habían tomado en los últimos años para disminuir la inversión pública en medicamentos. Así, señaló que el Ministerio no ha sido hasta ahora capaz de poner orden en este escenario de políticas dispersas y controvertidas y se refirió también al fracaso de la Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento como iniciativa legislativa estatal para frenar la escalada de medidas unilaterales de las comunidades autónomas. Aludió, en este caso, al papel fundamental que jugará el Tribunal Constitucional en "este panorama de confrontación entre las administraciones con su correspondiente afección a pacientes, profesionales farmacéuticos y resto del sector".

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, Manuel Pérez, explicitó las medidas de control del gasto en el contexto andaluz. Señaló que "ya no existe margen para más recortes", ni del Estado ni de la Comunidades Autónomas, y subrayó que "este es cada vez más escaso para mantener la adecuada prestación que se realiza desde la farmacia y de los almacenes de distribución".

Ricardo Ferreiro, farmacéutico, aludió al importante rol socio sanitario que juega la oficina de farmacia y la importancia de su papel en la reducción de errores terapéuticos y de notificación en materia de farmacovigilancia.

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