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Disfunción eréctil en la consulta de Atención Primaria

  • Pese a tabúes y prejuicios, los problemas sexuales masculinos son habituales en los centros de salud. En su mayoría tienen un origen orgánico o, en menor medida, psicológico.

LA Atención Primaria es la puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud, y el escalón asistencial que favorece una relación médico-paciente basada en la proximidad, continuidad, confianza y conocimiento de las circunstancias médicas y relacionales de los usuarios. Por estos motivos la Organización Mundial de la Salud (OMS) designa a los Centros de Salud como los indicados para el abordaje de la Salud Sexual de los/as usuarios/as, y cada día más profesionales se interesan y se preparan para este cometido.

Uno de los aspectos fundamentales de la Salud Sexual, por lo que afecta a la Calidad de Vida de las personas, es el de las Disfunciones Sexuales. Algunas de ellas están siendo muy investigadas y afortunadamente cada día cuentan con más recursos terapéuticos, como es el caso de la Disfunción Eréctil.

Por Disfunción Eréctil se entiende la incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. Se estima que alrededor de un 19% de los varones tienen algún grado de Disfunción Eréctil en nuestro país, aunque en grupos de edades avanzadas la prevalencia puede ser mucho mayor, al igual que ocurre en personas con algunas patologías de base, como la Hiperplasia Benigna de Próstata o la Diabetes.

Simplificando, se puede clasificar la disfunción eréctil en disfunción de origen psicógeno y de origen orgánico, aunque en el abordaje terapéutico siempre hay que tener en cuenta los aspectos psicógenos que derivan de pensamientos negativos en relación a las dificultades sexuales, y que actúan de factores mantenedores de las mismas. Un 20% de los casos pueden ser de origen psicógeno puro, lo cual no quiere decir que haya un problema psicológico importante, sino que se ha generado un bloqueo de la respuesta sexual en base a alguna experiencia traumática o simplemente a la autoobservación o al miedo al fracaso que se puede experimentar tras algún fallo eréctil puntual.

La gran mayoría tendrán un origen orgánico, en el cual hay que valorar las circunstancias de salud, la edad, y las diferentes medicaciones y estilos de vida de las personas. En ocasiones, la disfunción eréctil puede ser un síntoma centinela de otra patología orgánica, como ocurre en pacientes con elevado riesgo cardiovascular o con hiperplasia benigna de próstata. La patología cardiovascular (hipertensión arterial, arterioesclerosis, infarto agudo de miocardio) comparte con la Disfunción Eréctil los mismos factores de riesgo: tabaquismo, sedentarismo, obesidad, edad, hipercolesterolemia, diabetes….

También se ha visto una importante relación entre la sintomatología que provocan las alteraciones del tracto urinario inferior, como la Hiperplasia Benigna de Próstata, y la Disfunción Eréctil. A mayor edad y mayor gravedad de esta sintomatología, mayor es también la prevalencia de dificultades en la erección. Si la incidencia de Disfunción Eréctil en varones mayores de 70 años puede llegar al 57%, cuando se presentan síntomas del tracto urinario inferior graves la incidencia puede aumentar hasta el 89%.

Otros factores frecuentemente relacionados con la aparición de dificultades en la erección, y que son abordados en la Atención Primaria, son la diabetes, la hipertensión arterial, el abuso de sustancias (tabaquismo, alcohol, drogas) y algunos medicamentos de uso habitual, como gran parte de los antihipertensivos y antidepresivos.

La detección activa de la Disfunción eréctil cobra una especial importancia: Se pueden prevenir otros problemas de salud si se diagnostica este problema a tiempo, además de mejorar la calidad de vida de los usuarios, pues los temas relacionados con la sexualidad suelen ser de difícil abordaje por parte de los pacientes.

Es frecuente que las personas con dificultades en el plano sexual intenten minimizar el problema, se auto-convenzan de que es pasajero, o traten de culpabilizar al estrés o a algún conflicto relacional. Además, las encuestas informan de que los pacientes no saben muy bien a qué profesional deben dirigirse para tratar sobre sexualidad, o les de vergüenza hablar del tema. Si los pacientes tardan en consultar, a sus propias ideas y sentimientos negativos en torno a la dificultad eréctil, habrá que añadir los de su pareja, que en ocasiones puede sentirse culpable, o incluso puede pensar existe falta de interés.

El médico de Atención Primaria, consciente de la posible existencia de un conflicto emocional, favorecerá el que el paciente o su pareja puedan expresar sus inquietudes al respecto, al tiempo que crea un clima adecuado que permita, en ocasiones solo mediante la entrevista clínica, la realización de un adecuado diagnóstico diferencial. Puede ser necesaria la realización de pruebas complementarias, como medidas de los niveles hormonales u otros parámetros en sangre, e incluso derivaciones puntuales a Urología, Cardiología, Endocrinología, donde se valorarían diagnósticos específicos o cambios en determinadas medicaciones; pero el abordaje integral de la Disfunción Eréctil se realiza en Atención Primaria.

Consulta a tu médico de cabecera 


Las recomendaciones de la OMS promueven el que sean los profesionales de la Atención Primaria los que se ocupen del abordaje integral de las Disfunciones Sexuales, pues la relación médico-paciente en este escalón asistencial favorece la cercanía, confianza y continuidad. Es un problema que con frecuencia se puede encontrar entre los usuarios de los Centros de Salud.

La entrevista clínica, clave en la evaluación


El diagnóstico de la Disfunción Eréctil se realiza casi exclusivamente mediante la entrevista clínica, donde se detectan todas las circunstancias físicas que pueden influir en la respuesta sexual y se puede hacer una diferenciación entre los cuadros de origen psicógeno y los de origen orgánico. Toda la información que se obtenga del paciente, y su pareja, si la hay, mediante la entrevista clínica en cuanto a hábitos de vida, aspectos sexológicos y relacionales, será utilizada en el Consejo Sexual que forma parte del tratamiento.

Cambios de estilo de vida y terapia farmacológica

La modificación de factores de riesgo, hábitos de vida, incluido si es posible el cambio de algunas medicaciones, y el consejo sexual son fundamentales en el abordaje terapéutico de las disfunciones sexuales. Para el tratamiento de la Disfunción Eréctil se dispone de medicamentos efectivos, seguros y bien tolerados que deben de ser utilizados mediante prescripción médica.

Una sexualidad menos finalista y más saludable 

Se basa en la información al paciente, y si es posible a su pareja, de los mecanismos implicados en la respuesta sexual, para de esta forma conseguir desdramatizar, relativizar y reducir el conflicto emocional que ha podido generarse. Asimismo, el consejo intenta promover una sexualidad menos finalista, que no se base sólo en el contacto genital y en la consecución del orgasmo, pues de este modo será menos vulnerable a las dificultades. En definitiva, en el abordaje terapéutico de la disfunción eréctil se persigue mejorar la relación, no sólo la erección.

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