legislación

Control sobre los pesticidas

  • Sociedades científicas y colectivos ecologistas critican la nueva norma europea por ser demasiado laxa con los disruptores endocrinos

Según los datos de Eurostat 2014, España es el mayor consumidor de pesticidas de Europa.

Según los datos de Eurostat 2014, España es el mayor consumidor de pesticidas de Europa. / archivo

El uso de pesticidas en agricultura es antiguo y sus márgenes de seguridad bailan cíclicamente. La opinión de expertos, sociedades científicas, asociaciones de consumidores, grupos ecologistas y administraciones reguladoras es dispar y, hasta cierto punto, mareante. A finales del año pasado, la Comisión Europea respaldó los criterios para identificar la existencia de disruptores endocrinos en productos dedicados a la protección de plantas. Los criterios para la identificación de disruptores endocrinos en biocidas, que siguen un procedimientos diferente, entró en vigor el pasado 7 de diciembre y son aplicables desde la semana pasada. Fue una respuesta concreta al criterio expresado por la Endocrine Society, la Sociedad Europea de Endocrinología y la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica, quienes en una carta conjunta expresaron su profunda preocupación por los criterios iniciales propuestos por la Comisión sobre sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDC). En la carta, las tres sociedades afirmaron que los criterios propuestos no identificarán los EDC que actualmente están causando daños a los seres humanos y no garantizarán un alto nivel de protección de la salud y el medio ambiente. Un año después su preocupación sigue vigente y su disconformidad con la ley europea, por laxa y poco protectora de la salud, es más fuerte aún.

Un EDC es un producto químico o una mezcla de sustancias químicas que pueden causar efectos adversos para la salud al interferir con las hormonas en el cuerpo. Y no solo en pesticidas. Algunas estimaciones realizadas por la Endocrine Society cifran en más de 85.000 productos químicos fabricados, de los cuales miles pueden ser EDC. Por ello, animaban a eliminar la exención para biocidas y pesticidas diseñados para actuar sobre los sistemas endocrinos; adherirse a una definición científica sobre productos para los cuales se necesita más información y mantener un sistema de identificación basado en riesgos.

Los EDC pueden causar perjuicio a la salud al interferir con las hormonas humanas

Ahora, Ecologistas en Acción ha publicado un nuevo informe titulado 'Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores', edición de 2018. Según sus tesos, los alimentos españoles contienen al menos 38 plaguicidas con capacidad de alterar el sistema hormonal. Esta cifra es superior a los 33 encontrados en el informe anterior; y en la mitad de las muestras de frutas y verduras se han encontrado residuos de plaguicidas. "Los plaguicidas contaminantes hormonales en los alimentos exponen a la población a un peligroso cóctel de tóxicos que diversos estudios científicos relacionan con daños a la salud humana", exponen.

Según la información del Eurostat, España es el mayor consumidor de pesticidas de Europa. Concretamente unas 78.926 toneladas de plaguicidas. Respecto a la normativa europea desde Ecologistas en Acción defienden que los criterios aprobados para definir qué plaguicidas son disruptores endocrinos establecen un nivel de prueba tan elevado para identificar una sustancia como disruptora endocrina que muy pocas sustancias activas con propiedades de alteración endocrina serán prohibidas. Por lo tanto, según apuntan, "no cumplen su objetivo de proteger la salud de la población y el medio ambiente". Al no ser considerados disruptores endocrinos, estos plaguicidas se encuentran en los alimentos por debajo de un límite legal, algo inadecuado para este tipo de sustancias para los que cualquier mínima cantidad entraña un peligro. Este peligro puede multiplicarse por la acción combinada de las decenas de plaguicidas encontrados en algunos alimentos.

Ecologistas en Acción pide al Gobierno español que adopte medidas ante el fracaso de la Comisión Europea para desarrollar criterios que identifiquen todas las sustancias EDC, aconseja un cambio de rumbo hacia formas de producir alimentos ecológicamente sostenibles y socialmente justas y da una serie de consejos individuales para evitar, en la medida de lo posible, los plaguicidas disruptores endocrinos en los alimentos.

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