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Atender las secuelas es clave para velar por la calidad de vida

Expertos en el abordaje del cáncer infantil y adolescente han destacado la necesidad de atender las secuelas a medio y largo que suelen aparecer, una vez finalizado el tratamiento oncológico, en esta población con el fin de poder garantizarles una buena calidad de vida, especialmente en la edad adulta.

Cada año se diagnostican unos 150 casos de cáncer infantil por cada millón de habitantes, representando ya la segunda causa de muerte, por detrás de los accidentes, en la infancia. Ahora bien, aunque es una enfermedad rara la supervivencia se sitúa actualmente en el 75 por ciento de los casos.

Una elevada esperanza de vida que hace imprescindible que los menores que pasan o han pasado por ella sean atendidos por equipos multidisciplinares y tengan un seguimiento de por vida, puesto que se calcula que el 70% presenta problemas derivados de la enfermedad como, por ejemplo, alteraciones de tipo músculo-esquelético (30%), obesidad (30%) o disfunción cardiovascular (40%). "El cáncer no termina cuando termina el cáncer, sino que a veces hay secuelas que afectan a muchas áreas del desarrollo del menor y que les dificulta en su vida diaria", ha comentado la presidenta de la Asociación Infantil Oncológica de Madrid, Teresa González.

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