La actualidad rosa

Los divorcios del segundo verano de la pandemia

  • Ramón García, María José Suárez y de nuevo Enrique Ponce son los protagonistas de las sonoras rupturas en el arranque de las vacaciones

Ramón García y Patricia Cerezo en una imagen de archivo.

Ramón García y Patricia Cerezo en una imagen de archivo. / D. S.

Les hablaba la semana pasada de la década dorada de la televisión en España. Aquellos 90 en los que no se escatimaba en platós, a los que acudían personalidades de primerísimo nivel de los más variopintos ámbitos del saber, la cultura y el folclore patrio. Los famosos tenían por aquel entonces ese pedigrí que convertía en acontecimiento su aparición en la caja tonta, cuando todavía les quedaban algunos años para convertirse en plasma, sin canales temáticos (lo más novedoso era el Teletexto) ni las actuales plataformas digitales donde se pueden consumir (en el más peyorativo de los sentidos, para qué nos vamos a engañar) todo tipo de películas y series.

Toda esta reflexión, con grandes dosis de melancolía (lo siento, pero el odioso verano me pone así), viene a colación tras haber tenido constancia en las revistas del corazón que uno de los iconos televisivos de aquella añorada década se ha separado. Hablamos de Ramón García, el que durante mucho tiempo fue considerado el yerno preferido por las suegras españolas. El bilbaíno, que hizo pareja televivisa con Ana Obregón en el mítico ¿Qué apostamos? y en las uvas de Nochevieja (¡viva la capa española!), se ha separado de Patricia Cerezo cuando a punto estaban de cumplir las bodas de plata de su matrimonio, del que son fruto dos hijas:Natalia, de 17 años; y Verónica, de 14.

Esta larga pandemia del Covid nos deja, como escribía el menor de los Machado, con el corazón helado. Si en 2020, por estas fechas, nos resultó difícil sobreponernos a la noticia de que Enrique Ponce y Paloma Cuevas habían puesto fin a su (hasta entonces) idílico matrimonio (muy edulcorado, por lo que luego ha trascendido), lo de Ramontxu con la presentadora de televisión ha causado tal impacto en la prensa del corazón -metida de lleno a estas alturas del año en captar a famosos en el extenso litoral español– que va camino de convertirse en una de esas serpientes de verano (no puede escribir ni nombrar el maldito reptil sin cruzar los dedos) que llenan páginas y horas de programas ante la escasez de noticias rosas.

Antes de que la madeja se enredara más de la cuenta y pocas horas después de que la revista Semana diera la exclusiva, los ex cónyuges ya habían advertido que todo estaba bien y sacaban los colores a la prensa del papel couché. “Esta noticia es antigua”, afirmaban tanto Ramón como Patricia. Y es que la ruptura debió producirse hace bastante tiempo, pues ya se encuentran divorciados. Con sentencia incluida. El Covid ha hecho de silenciador y cada uno se encuentra ya viviendo por su lado.

Acuerdo inminente

Los que sí están a poco de alcanzar un acuerdo de divorcio son Ponce y Cuevas, quien protagoniza la portada de la revista Hola, en la que hace sus primeras declaraciones (poco relevantes, por cierto) desde que se conoció la separación y que el diestro de Chivas bebía los vientos (expresión cursi donde las haya) por una veinteañera almeriense. Un año después, por cierto, la situación y el papel que ambos han adquirido en esta historia ha cambiado sustancialmente.

El torero ha anunciado recientemente su retirada de los ruedos. Hasta se especuló con una posible ruptura con Ana Soria, rumores a los que el propio Ponce puso fin al asegurar que el amor entre ellos sigue intacto, que no es flor de una sola primavera (continuemos con las cursiladas, que el verano se presta mucho a ello). Se les ha podido ver las primeras semanas de verano en los mares del Cabo de Gata, con esas carantoñas que se han vuelto habituales en la que quizás sea la pareja más mediática de la pandemia (Instagram también ha contribuido a que alcancen tan honroso título).

La siempre elegante Paloma Cuevas. La siempre elegante Paloma Cuevas.

La siempre elegante Paloma Cuevas. / D. S.

Cuevas, quien permaneció alejada de los focos mediáticos cuando se conoció la ruptura, ha comenzado a sacar la cabeza. Y lo ha hecho en su línea: dentro de la elegancia y apostando siempre por acudir a actos donde se mueve lo más granado de la sociedad, la cultura y las artes. La que fuera hasta 2020 esposa de Enrique Ponce ha protagonizado también un importante salto en lo profesional, ya que ha diseñado una colección de fiesta para la firma de moda nupcial Rosa Clará, que distribuirá estas piezas en 86 países. Una fuerte apuesta, fruto de una amistad de años, y que pone de manifiesto cómo Cuevas ha sabido reinventarse tras la tormenta.

Como no hay dos sin tres, pues rematamos con la sevillana María José Suárez, quien, según apuntan los medios, ha puesto fin también a su matrimonio con el empresario catalán Jordi Nieto, con el que ha vivido los últimos años en Punta Cana. La modelo y diseñadora ha regresado a España con la única compañía de su hijo Elías. Todo apunta a que están en trámites de divorcio. Una pandemia de rupturas.