Uno de los últimos en llegar, pero con tiempo de sobra para tomar conciencia del valor del Recreativo. El albiazul Iván Malón compartió La Tertulia Deportiva de Huelva Información el restaurante Ciquitrake de la capital onubense junto al presidente del Recre IES La Orden, Francisco Aguado. Junto a ellos, la redacción de Deportes de este diario.

Malón acumula una larga experiencia en el mundo del fútbol desde dio sus primeros pasos en el Murcia, donde "ya Núñez era uno de los veteranos y yo un recién llegado con melena. Ahora nos volvemos a encontrar y él sigue igual mientras que yo ya no tengo ni pelo". Gracias a esta experiencia compara al Recre actual "con el Alavés que me encontré en Segunda B". Aquel club que hoy está en Primera "tenía todos los ingredientes como los tenemos nosotros y en cuanto se puso un poco de tranquilidad y comenzaron a hacer las cosas bien empezó a tirar para arriba". No se atreve a fijar plazos porque "el fútbol no es tan matemático como otros deportes. Hay un montón de variables que no se controlan, pero está claro que como mucho en dos o tres años estaremos de nuevo en el fútbol profesional". Esos ingredientes indispensables son "una afición, el peso social que tiene el club en la ciudad y un estadio que impone a todos los rivales". Además, el decanato que le confiere "un sentimiento especial". Es el elemento diferenciador que, según Aguado, justifica el plan de salvación de la entidad por parte del Ayuntamiento. "Ser Decano trasciende lo meramente deportivo. Si haces una encuesta entre los onubense para que pongan las cinco señas de identidad más importantes de la ciudad todos ponemos al Recreativo entre ellas", señala.

Iván Malón destila optimismo. El defensor recreativista está "encantado en Huelva". Antes de fichar "hablé con Gorka y con Carlos Calvo que había estado conmigo en Cádiz. Todos me hablaron bien, me dijeron que había un grupo inversor con ganas de hacer las cosas bien y que el club va mejorando mucho a poco a poco". Tras unos meses en Huelva tiene claro que "vamos para arriba porque es cierto que hay mucho que resolver. En el día a día no te das cuenta, pero cuando miras atrás y ves lo que se consigue en un mes o en dos comprendes que se están haciendo las cosas bien para lograr algo importante". Eso sí, tiene claro que "paso a paso". Primero "hay que pensar en Melilla y luego en el siguiente porque necesitamos todavía engrasar la maquinaria, encontrar esa solidez en el juego y mientras seguir avanzando porque incluso en construcción casi no perdemos partidos. Es más importante ser un equipo serio en abril que el líder en noviembre".

Como aficionado de a pie, Francisco Aguado percibe "como un ciudadano más que todo ha cambiado y va a mejor". El principal activo albiazul es su afición. Jugar con 12.000 espectadores cada domingo "es una maravilla, un elemento diferenciador". Además, a Malón le gusta "mucho nuestra afición porque empuja y ayuda siempre. Está nuestra grada de animación que no para y el resto del campo que acompaña. Sobre el césped lo notamos mucho". De ahí que considere que "la grada ahora mismo está un escalón por encima de lo que le estamos damos en el césped. Tenemos que responderle".

Valenciano y valencianista, Malón se confiesa "de la generación del Mikasa". De ahí que le sorprenda "a los niños de hoy que llevan las botas de Messi para ir a jugar con sus amigos cuando todavía guardo yo las primeras que tuve de la marca J'Hayber". El marketing "se nos ha metido en casa", lamenta Aguado para quien "uno de los valores del bádminton es precisamente lo barato que es".

De universitario a universitario. Francisco Aguado es profesor de la Facultad de Empresariales de la Onubense, mientras que Iván Malón tiene su titulación en Educación Física. El recreativista celebra la evolución experimentada en el fútbol profesional. Mientras hace unos años "ver a un jugador con estudios era algo raro", hoy en día "es algo de lo más normal". Esta evolución se manifiesta también "en la propia formación que tienen jugadores". Antes "los jugadores eran mucho más dejados. Con 30 años casi estabas acabado porque no se cuidaba la alimentación ni había trabajos de recuperación como los que tenemos ahora. El cuerpo es nuestra herramienta".