Una plantilla en Segunda B es un puzzle no siempre sencillo en el que encajar las piezas resulta complejo cuando no todas tienen la misma consideración. La normativa exige a los clubes disponer de un máximo de 22 licencias, de las cuales seis deben corresponder a futbolistas sub-23 y 16 a jugadores sénior. En función de las posibilidades económicas de cada entidad las apuestas se ciñen a esos 16 'adultos' con no pocas fichas de formación destinadas a promesas, cedidos o futbolistas cuyo papel teórico debe ser secundario. Sólo los que tienen un potencial elevado, sin contar a los filiales, se permiten contar con sub-23 de potencial similar a los sénior. Le salió mal, pero fue la apuesta que hizo la campaña pasada el Decano con Lazo como único sub-23 con una aportación destacada.
El Recre cuenta con cinco jugadores con contrato en vigor para la próxima temporada, más dos renovaciones pactadas (Marc Martínez y Diego Jiménez), otra casi cerrada (Núñez) y una cuarta por contrato que será efectiva cuando finalice la actual campaña (Natalio). Además, tiene un compromiso adquirido con Caye Quintana desde el pasado mercado invernal en el que el delantero de Isla Cristina se quedó a las puertas de llegar al Recre. En total son 10 futbolistas. Prácticamente es la mitad de una plantilla. Tendrá que hacer por lo tanto una docena de incorporaciones siempre que no se produzca una salida o se frustre una de las operaciones ya pactadas.
Lo que para unos es una ventaja en este caso puede ser un dolor de cabeza. Ocho de esos jugadores ocupan plaza entre los 16 sénior. Julio y Traoré eran sub-23 la campaña pasada, pero en la próxima ya no lo serán. Nacidos en 1995 vivieron su última campaña con esa consideración. De este modo, cuando el Decano acuda al mercado ya tendrá de inicio copada la mitad de sus licencias posibles.
Es una situación que reduce el margen de maniobra y eleva el nivel de pericia a la hora de configurar la plantilla para la próxima temporada. La dirección deportiva albiazul, dificultades estructurales al margen por la situación del club, tiene que hilar fino para acertar. Tiene las balas contadas. Ya le pasó en el mercado de invierno. Salieron Santi Luque, Antonio Domínguez y Carlos Calvo. Todos ellos eran séniors. A la hora de acudir al mercado invernal fue necesario tenerlo en cuenta.
Como sub-23 de inicio sólo cuenta con David Segura o Víctor Barroso. Sin ambos forman parte de la primera plantilla quedan cuatro licencias por cubrir para promesas o jóvenes talentos.
La campaña pasada podían ocupar plaza como sub-23 pesos pesados del plantel como Lazo, Julio, Traoré, Gorka Santamaría y el propio David Segura, por lo que hubo una ficha libre. Cuatro de ellos procedían de filiales o equipos vinculados, mercado natural donde encontrar talento a esa edad. La normativa limita a 16 las licencias séniors y permite hasta seis sub- 23. Piezas contadas para montar un puzzle.
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