Recreativo

El estado de alarma condiciona la decisión de la Federación sobre el futuro de la liga del Recre

  • La prórroga del confinamiento por otros quince días imposibilitaría terminar la competición en la fecha prevista

El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y el presidente del Decano, Manolo Zambrano, charlan en el palco del Nuevo Colombino.

El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y el presidente del Decano, Manolo Zambrano, charlan en el palco del Nuevo Colombino. / Alberto Domínguez (Huelva)

Hace algún tiempo, y en otro contexto menos dramático, Jorge Valdano hizo propia una frase: “El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”. Teniendo en cuenta los numerosos problemas que la expansión del coronavirus ha provocado a lo largo y ancho del planeta tierra, resulta banal, y hasta un tanto frívolo, hablar de cuándo y cómo se volverán a restablecer las competiciones deportivas, pero es, precisamente, esa gestión de lo cotidiano, de la esperanza de un futuro inmediato, lo que permite sobrellevar el confinamiento al que están sometidos España y otros países azotados por la pandemia.

El Gobierno de España aprobará la prolongación del estado de alarma por, al menos, quince días más. Ello supone que la cuarentena de los españoles en sus domicilios se prolongará hasta el sábado 11 de abril. La situación cada vez deja en más problemas a los distintos entes que dirigen el fútbol nacional. En lo que respecta al Recreativo sería la Real Federación Española de Fútbol la que tendría que ofertar una solución o, al menos, plantear varias posibilidades ante los distintos escenarios que se pueden ir sucediendo en el tiempo.

El calendario previsto ya se ha convertido en papel mojado porque el último partido del Decano se remonta al pasado día 8, cuando el Recre fue capaz de frenar al, hasta entonces, líder Marbella en el Nuevo Colombino (0-0). La jornada 38 debería jugarse el próximo 17 de mayo, habilitando un tiempo después para poder jugar los play off de ascenso y los play out de descenso, pero no va a ser posible.

Los primeros quince días de suspensión de las competiciones deportivas aún tenían arreglo porque en Segunda B la ausencia de competiciones continentales y la disputa de todas las rondas de la Copa del Rey, a excepción de la final, posibilitaban reajustar el calendario jugando miércoles y domingos, pero la situación se ha complicado sobremanera. Si el estado de alarma y la vuelta a una normalidad relativa y con ciertas restricciones sucediera el 11 de abril, los equipos de Segunda B llevarían entre tres y cuatro semanas sin entrenar, por lo que necesitarían un periodo de tiempo para readaptarse a los entrenamientos y la competición.

A la categoría de bronce le restan diez encuentros, más de un cuarto de competición. El Recre, que había redirigido su objetivo hacia la permanencia, aún tenía que enfrentarse a Cartagena y Recreativo Granada lejos del Nuevo Colombino, recibir al Villarrubia, viajar a Murcia, jugar ante el Yeclano en casa, medirse al Badajoz fuera, acoger el duelo ante el Sevilla Atlético, visitar al Cádiz B, despedir la temporada como local ante el Algeciras y poner el broche a la campaña jugando ante el Córdoba en el Nuevo Arcángel.

La incógnita se cierne sobre los finales de campaña en todas las categorías no dependientes de La Liga, siendo la resolución competencia directa de la Federación Española y de las distintas federaciones autonómicas. Cabe la posibilidad de prolongar las competiciones más allá del 30 de junio, aunque habría que resolver la situación contractual de los jugadores que terminan contrato, especialmente de aquellos que ya pudieran haberse comprometido formalmente con otros clubes, posibilidad existente desde el pasado 1 de enero. Otros planteamientos podrían ser dar la liga por terminada, lo que supondría un prejuicio para aquellos clubes que estuvieran luchando por ascender o descender y que no estuvieran a día de hoy en los números para alcanzar sus objetivos; o no tener en cuenta este campeonato en el capítulo de ascensos y descensos, lo que provocaría el malestar de los conjuntos que estén cerca de alcanzar el ascenso. Todo ello queda en manos de la Federación, que tiene cada vez más tiempo para pensar, pero cada vez menos para ejecutar, aunque la incertidumbre sobre cuándo se podrá volver a competir tiene paralizado a los distintos estamentos del fútbol nacional.

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