El tiempo es el principal enemigo para que se reanuden las competiciones en el mundo del fútbol. El cronómetro juega en contra, y pese a que los clubes desean concluir la campaña 2019-20 con la mayor normalidad posible, la realidad es bien distinta y con el paso de los días las opciones de dar por concluida la temporada son cada vez mayores.

La Liga dio un paso más en sus intenciones durante la jornada de ayer. Reiteró que su gran objetivo es disputar los partidos que restan, sobre todo por el enorme perjuicio económico que podría causar la cancelación definitiva, y está dispuesta a que los partidos sean a puerta cerrada (se perderían los ingresos por taquillas,pero se mantendrían lo de televisión),y por primera vez se puso una fecha límite. El 27 de junio. Si ese día no se ha reanudado la competición, se daría la temporada por finalizada.

La Segunda B, en la que milita el Recreativo de Huelva, no depende de la Liga, sino de la Federación, pero la situación es similar o incluso peor. En la Liga Santander (Primera División) restan once jornadas para terminar, mientras en Segunda B son diez, pero habría que añadirle las eliminatorias de ascenso, lo que complica todavía más la situación. En total, serían seis encuentros, más otros dos para elegir al campeón de la categoría. Demasiados encuentros, y poco, muy poco margen.

Porque hay que tener en cuenta son varios los pasos a seguir. El primero, que se decrete el final del periodo de confinamiento, lo cual, tal como está la situación a día de hoy, no se prevé a corto plazo. Una vez que pase esta alarma el Gobierno tendrá que decidir si autoriza aglomeraciones masivas de personas (manifestaciones, espectáculos deportivos como el fútbol, mítines políticos, cines…) de forma inmediata o bien estos eventos requieren un tiempo mayor de cuarentena. Y por último, una vez que los equipos puedan volver al trabajo necesitarán un mínimo de dos semanas para realizar una correcta puesta a punto a nivel físico.

Y todo ello con el agravante de que los contratos terminan el 30 de junio y haría falta un acuerdo global para que se jugara más allá de esa fecha; un acuerdo que podría tener el visto bueno de la Federación y los clubes, pero necesitaría imperiosamente contar con la aprobación de los jugadores.

El Decano, dada su situación clasificatoria, sería de los menos afectados se tome la medida que se tome, aunque lo que mejor le vendría sería que la temporada concluyese (con lo cual se evita cualquier riesgo de tener que luchar por la permanencia) y empezar desde cero un nuevo proyecto.