Recreativo

Salmerón les pone las pilas a los suyos

  • La plantilla alterna sesiones dobles de trabajo sin descansos hasta el domingo 29 de julio

El preparador físico, David Torrejón, corre junto a Caye Quintana y Diego Jiménez en la sesión del miércoles.

El preparador físico, David Torrejón, corre junto a Caye Quintana y Diego Jiménez en la sesión del miércoles. / canterla

Los recreativistas van a sudar hasta la última gota en pretemporada. José María Salmerón y su cuerpo técnico aprietan, no dan un respiro y exigen al máximo a sus futbolistas. La Segunda B es una categoría tremendamente exigente, que no hace prisioneros y en la que el componente físico es tremendo. De ahí el valor que se le otorga a la preparación previa.

Así, para empezar no hay descansos a la vista en el horizonte. Los albiazules trabajarán sin parar hasta el domingo 29 de julio. La plantilla más las incorporaciones que se vayan sumando sabe que tiene por delante una tirada larga de prácticamente diez días en los que Salmerón no bajará el pistón. Durante esta fase el trabajo físico a las órdenes de David Torrejón llevará el peso principal de la agenda. A los recreativistas les esperan jornadas de dobles sesiones con otras más ligeras de trabajo.

El Decano afronta la primera pretemporada normal de las tres últimas campañas

Ayer tuvieron los recreativistas su primera experiencia doble de mañana y tarde así que hoy podrán respirar con un único entrenamiento matinal a las 8:30. Sin respiro porque el sábado tocará de nuevo a las 8:30 y a las 18:30 y así sucesivamente. Ni siquiera ante el primer amistoso que espera el 28 en Cartaya se reducirá la carga de trabajo.

La pretemporada es fundamental para cualquier equipo. El Decano lo sabe porque en las dos últimas campañas tuvo que empezar a trabajar después que el resto y en ocasiones con serias alteraciones sobre el plan inicial que luego pagó durante el campeonato. La posibilidad de poner sobre la mesa un plan racional de trabajo completo casi es una novedad en el Recre. Toca sudar bajo la atenta mirada de José María Salmerón.

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