Pocos partidos reúnen más elementos para recibir el calificativo de trampa que el que espera al Recre en Jumilla. Un rival duro, físico y aguerrido sumado a un escenario pequeño, frío y con un césped irregular tendrá delante el Decano. Y encima, un ambiente que invita a desconectar tras un desplazamiento largo e incómodo. La mayor garantía para contrarrestar todos esos elementos en contra es la capacidad para competir que tiene este Recre. Lo ha demostrado siempre, tanto en sus tardes buenas como en las grises. Y si hay un sitio donde competir tiene valor es en el Uva Monastrell de Jumilla (12:00).

El Decano tendrá que jugar varios partidos en uno. Posiblemente esté ante el desplazamiento con más dificultad adicional a la propia del rival de lo que le queda de temporada junto a la salida a Melilla. Son las dos trampas de Segunda B que le quedan. No es que los demás partidos sean sencillos, pero ante filiales el escenario condiciona menos y en la penúltima a Sanlúcar será la clasificación de ambos la que lo matice todo. Los albiazules saben que deben vencer a los elementos para poder hacerlo al rival. Sin la adaptación sus opciones serán mucho menores. El primer rival del Decano no estará delante, sino debajo. Será el escenario donde se mida al Jumilla. En el Uva Monastrell le ha costado siempre que ha viajado al Recre sentirse cómodo por su apariencia desangelada y por sus dimensiones. Un campo muy pequeño y estrecho que reduce las posibilidades a los equipos de superior nivel futbolístico como es el caso recreativista. La fórmula es clara: igualar en trabajo y superar en calidad. Es el mensaje claro que lanzó el viernes Salmerón cuando aludió al partido.

El Recre se enfrenta a su convocatoria más complicada de la temporada. Es razonable. A estas alturas de la temporada todos los equipos necesitan de su fondo de armario para responder a sanciones o lesiones. El desgaste ya pasa factura. En una plantilla corta como la albiazul tiene una incidencia mayor. Se quedan en Huelva por cumplir un partido de castigo Caye Quintana, Borja Díaz y Diego Jiménez. Los tres hoy serían titulares en condiciones normales. Posiblemente también lo hubiese sido Andrade, que completa la nómina de ausentes por problemas musculares. Cuatro bajas de primer nivel a las que tendrá que dar respuesta Salmerón. El técnico al menos podrá contar con Jesús Valentín e Iván González quienes, pese al proceso gripal de la semana, están totalmente recuperados. El Decano viaja con los canteranos Ponce y Arias para completar la convocatoria por las bajas.

Con 16 futbolistas de la primera plantilla a su disposición las variantes del entrenador no son muy amplias. Atrás lo normal es que repitan los cinco que salieron de inicio en la Condomina. Así formaría el Decano con Pina, Israel Puerto, Iván González, Jesús Valentín e Iago Díaz. Con el UCAM funcionó de maravilla. Por delante de ellos, Tropi y cuatro más. Al lado del valenciano jugará Fernando Llorente y en punta del ataque Ródenas repetirá con Alberto Quiles como sustituto de Caye Quintana. Queda una plaza por asignar por la que pugnan Víctor Barroso, Carlos Martínez y Marc Caballé. Si el plan es fortalecer el centro del campo tiene todas las papeletas el último.

Con esos mimbres deberá hacer frente a un partido intenso, duro y de mucha brega. El Jumilla querrá el fútbol directo, provocar segundas jugadas y evitar la pausa, con elaboraciones cortas y prácticas. No parece que vaya a ser una mañana de brillanteces ni alardes. Salmerón pidió once guerreros capaces de contrarrestar esa pelea que sabe que le planteará su oponente. Son esos hombres los que deben equilibrar con sudor el partido para tener la posibilidad de desnivelarlo con calidad. Un reto que además motiva a un equipo que ha demostrado durante la temporada que siempre responde.