El destino es caprichoso y vuelve a fijar una final entre el Recreativo de Huelva y el Recreativo Granada. La segunda tras el dramático encuentro disputado en 2016 en el Nuevo Colombino. El mismo pudo ser el último choque de la larga trayectoria del Decano, pero el club sobrevivió y salió del abismo en el que se encontraba. Cinco años después, la situación también es agónica. El Recre se juega su supervivencia en la cuarta categoría y esta vez no contará, por motivos sanitarios, con un estadio lleno como el que lo recibió en 2016.

Los pupilos de Carlos Pouso han tenido un comienzo de liguilla para olvidar. Tras dos derrotas en los dos primeros encuentros, marchan quintos a cuatro puntos de la salvación. Las sensaciones no son buenas y el equipo apenas goza de aliento. Aun así, queda algo de vida y las finales contra el Recreativo Granada -que ocupa la primera posición con seis puntos de ventaja sobre el Decano- en el Nuevo Colombino consiguen resucitar al Recreativo. 

A modo de recordatorio, la final de 2016 nacía tras el doloroso comunicado que emitió el club, en el que hacía un llamamiento urgente a llenar el estadio, dado que "podría ser el último partido". De hecho, el Decano puso a la venta todas las entradas por el simbólico precio de un euro con ánimo de que el Nuevo Colombino colgase el cartel de "no hay billetes". Y lo consiguió.

A este respecto, conviene recordar el comunicado del Decano en el que aseguraba que "tras varios meses de abandono y, por ende, absoluta incertidumbre diaria respecto a la supervivencia de nuestro Recre, existe el claro convencimiento de que en cualquier momento la incapacidad de solventar cualquiera de los problemas que se presentan a diario acabará provocando que esta historia nacida hace 126 años desemboque en un final dramático para nuestro querido Decano".

Aquel encuentro se saldó con una victoria por uno a cero, siendo el delantero Rubén Mesa el héroe, contra todo pronóstico. El pacense hizo su primer gol de aquella temporada en el mejor momento. A un minuto del final, Waldo dio un taconazo para que Mario Marín centrase al área, donde Mesa se revolvió para provocar la emoción de la afición.

El choque comenzó con un Decano que volaba alentado por los recreativistas. Si bien es cierto que el meta visitante, Dimitrievski, no tuvo que intervenir apenas, el Recreativo se acercaba a su portería con cierta peligrosidad.  Los minutos pasaban y el cuadro de Ceballos perdía gasolina y en el minuto 30 Arthuro se tenía que marchar lesionado para que entrase Rubén Mesa. El Recre se vino abajo y las esperanzas acerca de conseguir una victoria se disuadían. De hecho, el filial del Granada comenzó a imponerse, aunque sin inquietar a Rubén Gálvez.

En los instantes finales el Recreativo volvió a activarse y, fruto de ello, llegó el gol del delantero extremeño que enloqueció a la grada. Tras ello, el partido no se jugó y el tiempo de descuento transcurrió sin ocasiones, pero con una tangana que acabó con dos expulsados.