Hace poco menos de once meses Parejo le marcó un gol al Valladolid en Mestalla. Hasta aquí hay poco o nada noticiable. Menos cuando se piensa en el Recreativo, pero el fútbol, como la vida, es cíclico y está relacionado con un montón de tentáculos que termina conectando todo en una esfera tan perfecta como un balón recién inflado. Ese gol desembocó en un abrazo con el I premio Mackay de la historia del Recreativo, Marcelino García Toral, un gesto de respaldo, afecto y apoyo que no sirvió al Valencia aquel día para ganar el partido –terminaron empatando los pucelanos (1-1) con un golazo de Alcaraz–, pero que sí que permitió al técnico asturiano permanecer en el cargo después de que Peter Lim presenciara la celebración del centrocampista con su entrenador en directo. Unos meses después el combinado ché terminó clasificándose para la Champions League y alzó la Copa del Rey.

El Recreativo logró el sábado en el estadio Jesús Navas de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros su primer triunfo después de nueve partidos sin ganar. Corría el minuto 13 cuando Rubén Cruz perforó las mallas de Alfonso. No tardó ni un segundo en reaccionar el sevillano a su segundo tanto en lo que va de campaña y comenzó un vuelo hacia el banquillo, donde todo el grupo terminó haciendo piña en torno a Alberto Monteagudo. No se escapa a nadie que la sombra de la destitución ha planeado por el Nuevo Colombino en las últimas semanas, pero la plantilla siempre ha defendido al técnico, en público y en privado, aunque el desarrollo de los partidos haya hecho dudar del respaldo del plantel albiazul a Monteagudo.

“Estamos con él y si hay un entrenador idóneo para poder darle la vuelta a esta situación es Alberto. Creed lo que decimos porque es la verdad”, desvelaba el capitán Diego Jiménez a mediados de la pasada semana. El resultado por fin acompañó y parece que Monteagudo vuelve a respirar tranquilo. La trayectoria en los próximos encuentros será determinante para que el proyecto iniciado el pasado mes de agosto tenga el recorrido previsto. El míster de Valdeganga ya dejó a las claras al decir, cuando peor estaban las cosas, que su intención es cumplir su contrato y hacerlo alcanzando el objetivo. El Recre no irá a la Champions, pero puede firmar una gesta que termine dándole mucho más significado que el que tiene un simple abrazo.