Si se volviese la vista al pasado mes de agosto sería complicado prever que Miguel Cera iba a tener un peso tan importante dentro de la actual plantilla del Decano. No por sus capacidades, sino porque el onubense aún ocupa plaza de sub 23 y, además, tenía que competir con Óscar Ramírez, que había sido un jugador importante para el Cartagena en las tres últimas temporadas y un hombre de confianza para Alberto Monteagudo, que ya había coincidido con el catalán en el cuadro departamental.

La primera de las lesiones del Ramírez le abrió la puerta de la titularidad a Cera, que fue ofertando un rendimiento superlativo en lo defensivo, siendo uno de los jugadores con mayor capacidad de sacrificio. El onubense fue sumando minutos, pero desde la entrada de año se ha convertido en el Ironman albiazul. Cera ha jugado todos y cada uno de los minutos que se han disputado en el presente año en competición oficial.

Desde el choque de la jornada 19 ante el Córdoba, primero del año, hasta el del pasado domingo ante el Marbella han transcurrido diez encuentros de Liga, es decir, 900 minutos. A ellos hay que sumar los dos partidos de Copa del Rey ante el Fuenlabrada y el Osasuna, que necesitaron de prórroga en ambos casos para dictaminar al ganador de cada una de esas eliminatorias, lo que supone otros 240 minutos. Así, Cera ha jugado 1.140 minutos en menos de dos meses y medio. En total el lateral diestro albiazul suma 1.788 minutos y está a poco más de un partido del número total de minutos que completó en el pasado ejercicio, en el que debutó en Segunda División B con el Sevilla Atlético (1.905 minutos).

Dado el rendimiento del lateral onubense es muy probable que la principal amenaza de aquí a final de temporada para evitar un pleno de minutos del canterano del Sevilla sean las lesiones o sanciones. El zaguero también es uno de los jugadores que menos amonestaciones ha visto en relación a los minutos que lleva disputados. Tres cartulinas amarillas le han mostrado a Cera hasta la fecha en Liga (más una en Copa ante Osasuna), por lo que está a dos de cumplir sanción por acumulación y perderse algún partido. Esa sería la única forma de parar al todoterreno albiazul.