El Recreativo de Huelva ha tomado esta semana la dolorosa decisión de llevar a cabo un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) entre su personal deportivo y no deportivo. Una medida necesaria que en la Segunda B tuvo como pionero a la Balompédica Linense y que han seguido otros clubes de la categoría, e incluso el Barcelona o el Atlético de Madrid, entre otros, se han sumado a la medida; y también empresas como El Corte Inglés o Globalia.

Desde el Decano aseguran que la predisposición de todos ha sido absoluta y que jugadores y empleados no deportivos son conscientes de la situación actual y entienden la decisión.

Es una medida de protección de la entidad debido a que los ingresos son prácticamente inexistentes debido al parón en el mundo del deporte. Es excepcional y transitoria, mientras dure este estado de emergencia.

Lo que más grava a un club son los gastos en salarios, que en el caso del Recreativo suponen un 75-80%. Con el ERTE se para el pago de las nóminas hasta que se arregle la situación mientras futbolistas y trabajadores permanecen en sus casas. En el caso de la plantilla afecta a todos por igual, ya sean técnicos, jugadores en propiedad o cedidos.

Dos son los escenarios posibles: si vuelve la Liga, los jugadores y trabajadores serían llamados por el Decano y se reanudaría la actividad con la normalidad de antes. La otra opción es la suspensión definitiva de la competición, un escenario que abre muchas alternativas, aunque todo dependerá de la fecha que dure este confinamiento. Cada vez que se prolongue más esta situación en el tiempo, más justificada estará la decisión tomada por el Recreativo y otros clubes que han adoptado la misma postura.

Desde el conjunto albiazul, en una posición que secunda la mayoría, ven muy complicada la posibilidad de jugar más allá del 30 de junio (opción por la que se decanta la Federación Española), día en el que finalizan los contratos. Habría muchos interrogantes por resolver y todas las partes tendrían que estar de acuerdo, algo muy complicado. ¿Qué pasaría con los jugadores cedidos en el caso de que los reclamen sus clubes el 1 de julio? En el Decano están en esta situación Isi Ros, Gustavo Quezada, Kleandro, José Manuel Irizo y Cristian Martínez.

Las cesiones acaban el 30 de junio; además, los jugadores que terminan contrato pueden haber firmado ya por otros clubes

Desde el 1 de enero los jugadores que acaban contrato esta temporada pueden negociar con otros clubes. ¿Qué pasa si un jugador ya ha fichado por otro club y lo quiere incorporar el 1 de julio? ¿Qué pasaría si se lesiona ese jugador? ¿Qué sucedería si un jugador ficha por un equipo extranjero y le pide que se incorpore el 1 de julio? Además, hay jugadores que no están de acuerdo con la postura de la Federación y podrían denunciar, lo que obligaría a intervenir a la Justicia. Cuestiones de difícil solución.

También hay que tener en cuenta que el 30 de junio suelen acabar los contratos de patrocinio y que el verano es la época fuerte en la campaña de abonados, y retrasarla supondría un golpe a la economía de los clubes. Otro inconveniente de jugar en verano es que luego habría que darle al menos 21 días de vacaciones a los jugadores y posteriormente se necesitaría mes y medio de pretemporada, con lo que la nueva campaña no arrancaría hasta octubre como pronto.

Por otro lado, en el Recreativo están estudiando y recabando información sobre la propuesta llevada a cabo por el presidente de la Federación, Luis Rubiales, para apoyar al fútbol modesto; una de las principales medidas es un crédito de cuatro millones de euros para clubes de Segunda B y Tercera, que habría que devolver en dos años y no se cobrarían intereses. Además, el Real Decreto del Gobierno también incluye algunas ayudas aunque no de gran calado, que permiten, entre otras cosas, flexibilizar durante varias semanas algunos gastos, como pueden ser los pagos a Hacienda, lo que ayudaría en algo a clubes como el Decano, cuyas obligaciones a 30 de junio se mantienen intactas.