Primera comparecencia en la pretemporada del Recreativo de Huelva y expectación máxima en Cartaya, con más de 1.500 espectadores. El resultado, 0-4, lógico entre un equipo de División de Honor y otro de Segunda B. Hasta lo intangible, lo típico, como cada verano. A partir de ahí el partido, mirado con lupa, aún siendo el primero.

Porque todo lo que rodea al Recre en los últimos tiempos tiene una importancia vital. Y cuando el patio está tan revuelto, todos miran al fútbol como vía de escape para aliviar las penas. Por eso la gente, los aficionados del Recre, aplaudieron hasta cuando los jugadores saltaron a calentar.

El primer once de Salmerón dejó destellos, como el de David Segura, que a los nueve de partido armó la zurda para limpiar de telarañas la escuadra de la portería de Bocanegra. Era la primera llegada del Recre y sacó petróleo. Antes, en los albores, la tuvo Sebas, que remató excesivamente cruzado con Lázaro batido, después de un error colectivo en defensa.

Independientemente del gol, Salmerón tiene claro que su defensa achicará espacios apuntando al norte. Eso, por otra parte, exige finura en grado extremo porque cualquier desajuste te condena. Lo pudo hacer Sebas en el primer minuto y luego lo evitó Lázaro arrojándose a los pies del delantero para subsanar otro monumental error defensivo.

Por lo demás, el partido se movió, en su primera parte, en el tópico más extremo del verano. Falta de ritmo, desajustes varios y pocas jugadas de ensayo, al menos en el Recre, porque el Cartaya tiró de libreto en un par de saques de esquina que a punto estuvo de transformar en gol.

La segunda mitad fue totalmente diferente. Al margen de que Salmerón cambió por completo el equipo, dio la impresión de que el mensaje también fue distinto. Compareció un Decano orgulloso, hablador, dinámico y vertical, con un ritmo atípico en pretemporada. Y eso le condujo a manejar todos los tempos de partido, ante un Cartaya que acusó hasta el extremo los cambios que introdujo Limón. Con el paso de los minutos el Cartaya fue empequeñeciéndose y el Recreativo todo lo contrario.

Así, a los 63 minutos, Fernando armó la pierna derecha, y desde 40 metros soltó un chutazo que dobló el flequillo a Raúl Hernández, al que ni siquiera le dio tiempo a sacar las manos. Entusiasmado el Recre por el segundo gol y por su juego, llegó el tercero obra de Víctor Barroso, probablemente uno de los más incisivos. Pérdida de balón del Cartaya en zona de influencia defensiva, pase de la muerte de Iago Díaz y remate inapelable de Barroso al fondo de las mallas. Minuto 68.

Para entonces el Recre se gustaba en el campo, mientras que su rival pedía reiteradamente socorro porque los jóvenes son aún demasiado jóvenes y los dos veteranos para el sostén ya no podían con su alma. Fernando Vaz y Franci Ruiz acusaron jugar todo el partido.

Ya en el tramo final llegó el redondeo del marcador con un cabezazo de Diego Jiménez a la salida de un córner. Corría el minuto 73 y a partir de ahí el Recre, aunque insistió, ya se daba por satisfecho, hasta el límite de regustarse con jugadas para la galería que aplaudieron sus seguidores.

Gustaron mucho Iago Díaz, Pina y Víctor Barroso y como siempre la jerarquía de Diego Jiménez atrás. Es el principio. Pero da la impresión de que el entrenador tiene muy claro el discurso a su plantilla. Dictará sentencia la Liga porque esto son balas de fogueo. Pero empieza bien el Decano, que tendrá que confirmar su apuesta en sucesivas comparecencias en la época estival.