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Corazón azul y blanco

  • Sergio Rodríguez Pérez vive en Barcelona y hace miles de kilómetros al año para ver al Recre

  • Su padre le inculcó de niño una pasión muy viva pese a la distancia

El sentimiento no entiende de distancias ni dificultades cuando es sincero y de corazón. Los problemas de los últimos años han puesto a prueba al recreativismo hasta el punto de sacar de la afición albiazul lo mejor de sí misma ya sea en Huelva, en su provincia o en la otra punta de España. Son tiempos de héroes anónimos como Sergio Rodríguez Pérez, barcelonés de crianza con raíces onubenses que a más de mil kilómetros de su casa, como llama al Nuevo Colombino, sufre y lucha por el Decano.

El suyo es un caso de recreativismo singular. No es solo un aficionado al fútbol, sino "un loco por el Recreativo de Huelva". Su pasión por el equipo no entiende de kilómetros ni distancia. Se escapa "varias veces por temporada" y hace miles de kilómetros para ver al equipo "por lo menos 8-10 veces al año" y no se pierde ningún partido de Murcia "que es lo más cercano que tengo".

"Cuadro mi vida alrededor del calendario para poder ver todos los partidos posibles""Estoy muy ilusionado con la temporada porque veo buena plantilla y entrenador"

Tiene 27 años y aunque nació en la capital onubense porque su padre es de Minas de Riotinto, de muy pequeño se trasladó a Barcelona y como un barcelonés más se crió. En un entorno dominado por un gigante futbolístico se mantuvo fiel a sus raíces y su sangre, a su corazón azul y blanco.

Aunque apenas lo recuerda, sus primeros partidos fueron "de la mano de mi padre con tres años e incluso con esa edad ya nos escapábamos para realizar viajes y visitar campos de Primera o Segunda División que nos pillaban cerca". Es un sentimiento que mantiene "más vivo que nunca", hasta el punto de que "mantengo esa rutina de viajes y largos recorridos" en los que ha llegado a implicar "a algunos amigos a los que intento inculcar el recreativismo, además de muchos otros que he conocido en todos estos años".

A pesar de vivir en la otra punta de España, afirma que ha visto "más de quinientos partidos, e incluso me quedo corto". Viaja con bastante frecuencia a Murcia, donde ve todos los partidos que el Recreativo disputa, pero también cuenta que ha realizado otros trayectos más largos, como "cuando nos jugábamos el descenso en la última jornada contra el San Fernando y me vine hasta Huelva porque tenía que estar al lado de mi Recre". La falta de tiempo y la distancia existente entre Barcelona y Huelva no son excusa para Sergio, que es jugador de fútbol sala y señala que "puedo compaginar mis horarios y hacer todo lo posible para ir a ver al Recre". Tanto es así que "cuadro parte de mi vida alrededor del calendario de la temporada".

A este aficionado, el club albiazul le da "deportivamente todo", puesto que para él "es un pedacito de mi vida". Por este motivo incluso veranea en Huelva para "poder ver toda la pretemporada y acudir a los entrenamientos del equipo", donde es un habitual a diario.

En la distancia sufre y se preocupa por el futuro de la entidad. En los tiempos más oscuros "era muy duro estar allí, alejado y no saber cuando te acuestas si al día siguiente el Abuelo ha muerto o sigue vivo". Con respecto a esa distancia, confiesa que "cuando estás más cerca, quizás las noticias te llegan de una forma más directa, sin embargo desde lejos se sufre mucho, aunque por suerte tengo grandes amigos aquí, e incluso los propios jugadores y las redes sociales o los medios de comunicación, que me mantienen al día".

Su presencia en tantos partidos fuera de casa y su historia no es ajena a la plantilla. El trato con todos los jugadores es "excepcional" y se siente "muy querido", lo cual genera cierta sorpresa entre sus amistades, porque como él mismo afirma, "en equipos más grandes esto es algo impensable, como el hecho de entrar en el vestuario a poder saludarlos, pero mis amigos no entienden que el Recre es diferente, es nuestra vida y todos formamos parte de él". Esta relación "también es buena para los propios futbolistas, porque creo que necesitan que los apoyemos y demostrarles que la afición esta aquí para lo que necesiten, además de sentir que forman parte de un club diferente".

Su fidelidad tuvo una recompensa inesperada el pasado sábado en Punta Umbría. Sin saberlo, la plantilla le rindió un pequeño homenaje y al saltar al campo para medirse al Sevilla Atlético le brindó la posibilidad de salir junto a ellos y posar en el once inicial como uno más. Esa relación, que ya suma 24 años, hace que su armario esté repleto de camisetas de distintas temporadas, aunque cuenta entre risas que "ya solo puedo ponerme cuatro o cinco, porque evidentemente "no entro". Su padre era quien se las compraba, quien mantuvo viva la llama y ahora él toma la responsabilidad de alimentar ese legado desde Cataluña.

Esta locura es inexplicable para alguno de los amigos, e incluso para su madre, confiesa, ya que no entienden que "me gaste dinero en viajar con el Recreativo y que incluso deje de hacer cosas en familia para verlo por televisión, pero es algo que no se puede explicar". A los que no lo comprenden, el recreativista les contesta que "es un sentimiento, porque deportivamente es lo que más quiero" e incluso ha llegado a perder alguna que otra relación por el camino, a pesar de que ahora "estoy muy contento porque tengo la suerte de disfrutar del fútbol con mi novia".

Entre sus mejores recuerdos albiazules escoge tres días inolvidables. El primero de ellos, la victoria de los onubenses en el Bernabéu por 0-3, ya que recuerda "todo lo que sucedió anteriormente, que fue muy triste y el final con aquel homenaje en el Bernabéu entre lágrimas de todos los recreativistas". En segundo lugar, Sergio coloca "el gol de Rafa de Vicente "que nos dio la salvación frente al San Fernando y que celebró con todos nosotros porque ese día estaba en la grada de animación", y por último, se queda con "la rueda de prensa de despedida de Jesús Vázquez, porque fue muy especial y emotiva. Un emblema tan importante nos dejaba y con él se cerraba un capítulo de nuestra historia". Pero no sólo para los jugadores tiene palabras de elogio, sino que reivindica "el trabajo de todo el personal del club, porque es maravilloso".

Como una de las señas de identidad más características e indispensables del club, Sergio destaca que volver al Nuevo Colombino, aunque sean pocas veces al año, es "algo inexplicable por el ambiente, la gente y el lugar en sí, porque animar a tu equipo en tu casa es algo para lo que no tengo palabras y que no siento en otros estadios".

En pretemporada disfruta de "mi Huelva y de poder ver al equipo a diario o en todos los amistosos", pero ya tiene preparada la agenda de desplazamientos para la campaña que comienza a final de mes. Cuenta con "ir a todos los de Murcia que son más de mil kilómetros por partido, así que pierdo la cuenta de todos los que hago a lo largo de la temporada". Este año señala que le hace especial ilusión el de Ibiza, "porque me parece distinto e incluso ya lo estoy organizando".

Como sueño cercano, el recreativista tiene ilusión por esta temporada y le motiva el entrenador, porque opina que "podemos conseguir muchas cosas, hay calidad en el equipo e incluso podemos luchar por el play-off porque nos lo merecemos, para dejar de sufrir tanto como en años anteriores, que ya va siendo hora". Además, y aunque afirma que no es de pensar en grandes cosas, tiene la ilusión de "jugar con la plantilla antes de un entrenamiento, aunque fuese un rato".

Es consciente de que el cansancio tras varios años de crisis "puede afectar a la afición, aunque el que de verdad sienta al Recre va a estar ahí siempre sea cual sea la dificultad". Por ello, de cara al futuro defiende que "todo va a solucionarse y los logros son cosa de los que estamos aquí día tras día". Con ilusión y en forma de guiño a la actual campaña de abonados, añade que "yo no me lo pensaría e iría cada fin de semana al Nuevo Colombino".

Sergio Rodríguez, antes del comienzo del encuentro con el Sevilla Atlético.

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