Mérida-RECREATIVO

Condenados a sufrir

  • El Recre y el Mérida se reparten los puntos en un duelo con demasiada intensidad, pero poco fútbol

  • El Decano tiene la ocasión más clara del encuentro en los instantes finales

Boris se deja la pelota atrás en un lance del encuentro de ayer, en el que apenas hubo ocasiones de gol para los delanteros de ambos equipos.

Boris se deja la pelota atrás en un lance del encuentro de ayer, en el que apenas hubo ocasiones de gol para los delanteros de ambos equipos. / fotos: matías hermoso · josé luis tenor

Hoy por hoy las posibilidades de este Recre pasan por un partido bronco, tosco y de guerrilla en el que un fogonazo de los de arriba le resuelva la contienda. Cuando menos cosas pasen, mejor para los albiazules, que no tienen luces para más. Todo lo que no sea un choque cerrado es un riesgo excesivo para un equipo cogido con pinzas a nivel futbolístico y en precario en lo emocional. En cualquier intercambio de golpes tiene todas las de perder. Fue así el partido de Mérida. Uno esos encuentros de Segunda B de los que habló Negredo en las últimas semanas, en las que pasa muy poco. Incluso tuvo su fogonazo el Decano en el último instante con Lazo y Víctor Barroso.

Coherente con su discurso de la semana optó por un plan semejante Negredo. Para competir como un equipo de Segunda B necesitaba a los más guerrilleros sobre el césped. No dejó ninguno fuera. Malón, Núñez, Ale Zambrano, Traoré, Diego Jiménez… Tal vez no sean una garantía de exquisitez con el balón en los pies, pero con ellos sobre el verde el Recre muerde y el rival tiene que sudar por cada balón. Ya es algo más de lo que mostró el Decano contra el Villanovense.

El partido tuvo un peligroso comienzo. Al minuto de juego se encontró el Mérida con una ocasión franca de gol. No la creó el equipo de Nafti. Un pase atrás de Traoré se envenenó ante la sorpresa de Marc Martínez, que tuvo que tocarla con la mano para evitar el tanto. Iván Aguilar lanzó fuera el libre indirecto.

La lucha en el centro del campo fue desigual. El Mérida controló la zona ancha ante un Recre muy batallador pese a su espesura. Le alcanzó al menos para contener, aunque mirar al ataque ya fue otra cuestión. La defensa recreativista solventó los acercamientos emeritenses. Sin un futbolista con capacidad para la pausa y el temple, este Recre queda sujeto a sus arrancadas. Sobreexcitado como estaba por la necesidad estas fueron escasas y poco claras.

La movilidad de Kiu hizo sufrir mucho al Recre. El japonés se las llevó de todos los colores mientras fue provocando tarjetas que pesaron en la presión de los recreativistas.

El Mérida dio un paso al frente en la segunda mitad. La primera le había servido para detectar fortalezas y debilidades albiazules. En defensa iba a sufrir poco, el centro del campo lo podría controlar y si era capaz de ser más vertical en ataque generaría muchas dificultades al Recre. Nafti dio entrada a Santi Villa para darle un poco de criterio a su equipo. Al menos así habría más espacios.

Para el Recre nada cambió. Su fútbol le da para lo que le da. Le tocó seguir bregando. La pelea hizo mella en algunos futbolistas algo justos para el tramo final. Traoré se mareó en el arranque de la segunda mitad, Ale Zambrano pidió el cambio por lesión, a Núñez se le acabó la gasolina superada la hora de partido… La temporada se hace larga con los efectivos justos para la lucha ya que otros se irán sin estrenarse siquiera.

A 20 minutos para el final quedó patente que en condiciones normales el punto sería todo el botín posible para el Recre. Le tocó amarrarlo. No iba a ser nada fácil ante un Mérida cada vez más atrevido viendo cómo su rival iba a mermando su rendimiento. El Mérida tuvo el gol en el 72 con un cabezazo que se marchó rozando el palo.

Quedaba morir por cada balón y esperar un milagro en forma de error o regalo del rival. La expulsión de Rafa de Vicente terminó por despejar el horizonte. La salida del fundido Boris a falta de cuatro minutos dejó a las claras que el punto era lo máximo a lo que podía aspirar este Recre. Más allá entraba en el terreno del milagro, como la última galopada de Lazo que Víctor Barroso no supo resolver. Fue el epílogo de un duelo de máxima intensidad, de dos rivales que se juegan la vida y que sin embargo fueron incapaces de generar más por sí mismos.

El punto es un botín insuficiente por la situación en la que se encuentra el conjunto albiazul. El Decano sigue fuera de la zona de descenso, pero empatado con el Córdoba B (su próximo rival), que ocupa el puesto de promoción. La sombra de la Tercera acecha. El domingo el Nuevo Colombino jugará su final. Es la baza que le queda a este Recre. Por sí mismo no da más.

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