LA MONARQUÍA DEMOCRÁTICA

El padre, el cocinero y el líder

Los dos cocineros: Cuando la Comisión constitucional se estancaba en algún tema, la solución tenía dos nombres: Fernando Abril Martorell (UCD) y Alfonso Guerra (PSOE). Son los dos principales cocineros de la Constitución. Arturo Moya, diputado de UCD en las Cortes Constituyentes, recuerda que los dos se entendían muy bien, porque eran muy parecidos: delgados, de alimentación frugal y muy resistentes al frío. Negociaban, fundamentalmente, en el despacho de Abril Martorell y eran capaces de estar hasta las seis de la mañana a solas mientras el resto de asistentes estaban acostados en los sofás.

El padre andaluz: Sólo un andaluz, José Pedro Pérez Llorca (Cádiz, 1940) participó como miembro de la Comisión Constitucional en la elaboración del texto. Lo que Martorell y Guerra, como políticos de raza, acordaban, lo redactaban entre él y Gregorio Peces Barba. Tras hacerse público el anteproyecto y recibir más mil enmiendas, Pérez Llorca se reunió con sus seis compañeros en la famosa cumbre de Gredos, donde se dio rúbrica al texto.

Felipe: Mientras Guerra se ocupaba de la cocina, en el PSOE emergía la figura de un líder carismático, gran comunicador, que deja en manos de otros el trabajo sucio. Lo suyo es el Estado. Le esperaba el poder.

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