María del Mar Moreno. Consejera de Obras Públicas

"Soy feminista de grado diez, pero no comparto a los hombres"

¿Imaginan un mundo que, desde el Génesis, estuviera dominado por las mujeres? Es lo que hace la consejera de Obras Públicas, Mar Moreno, en su primer trabajo de ficción literaria, El sueño de Eva (RD Editores). En él, la que fuera presidenta del Parlamento andaluz recrea una sociedad de mujeres sabias rodeadas de adanes que, aunque cariñosos, carecen de inteligencia, porque no han mordido la manzana del árbol de la sabiduría. 

¿Cómo sería ese mundo femenino?

La novela es una invitación a imaginarlo. Dedico buena parte de su contenido a describir el mundo al revés que nace  a partir de una recreación del mito de Eva.

¿Sería mejor que el que tenemos?

Eso no lo podemos saber. Lo que sí sabemos es cómo ha sido el mundo dirigido por los hombres. Y la verdad es que es muy mejorable.

Y tanto.

Pero no me atrevería a sostener, porque no está constatado, que las mujeres sean mejores o tengan mejores cualidades.

¿Habría menos violencia?

En el mundo de las hipótesis se podrían encontrar argumentos científicos para avalar que las mujeres somos menos propensas a la violencia.

¿La Eva perversa es un invento masculino?

No me cabe la menor duda. Desde el Génesis queda muy claro el rol de las mujeres: inferiores, culpables y, por tanto, llamadas a la subordinación.

Luego el pecado original sería una excusa…

Para esa subordinación. El patriarcado siempre ha puesto a funcionar una serie de mitos para afianzar sus valores.

¿Desde la religión?

Todas las grandes religiones de masas tienen un fuerte componente misógino. No he encontrado ninguna, incluido el catolicismo, que de a la mujer un espacio igual al del hombre.

¿Y ello por qué?

Está demostrado antropológicamente que en el origen de la subordinación hay roles que nacen de la posesión de la fuerza bruta, cuando era más determinante para el mantenimiento de la vida y para la reproducción.

Pero ahora ya no es así.                                                                                                                                                                                                       Por suerte cada vez es menos necesaria la masa muscular y la masa cerebral se está imponiendo.

Del 1 al 10, ¿cuál es su grado de feminismo?

Diría que diez, siempre que entendamos el feminismo desde una visión idealista y humanitaria.

¿Qué quiere decir?

Que no se trata de un combate contra los hombres, sino contra la dominación.

¿Y habremos de combatir mucho tiempo?

Sin duda. A poco que mujeres y hombres miren en su entorno cercano, en su vida privada, en sus responsabilidades familiares y en el ámbito del trabajo, nadie podría certificar que la igualdad es real.

Me temo que ellos se resisten.

En Occidente hemos dado saltos de gigante en las últimas décadas. Pero no vislumbro un corto plazo para la igualdad, ni siquiera lo veo en mi generación.

De todas las discriminaciones ¿cuál le molesta más?

Los aspectos prácticos de la desigualdad. Es profundamente injusto que las mujeres sigan llevando una doble carga de trabajo, profesional y familiar. También me molesta la discriminación salarial.

¿Quién es más feminista, Chaves o Zapatero?

Los dos son unos grandes convencidos, pero creo que tiene más mérito Manolo Chaves.

¿Por qué?

Porque perteneciendo a una generación anterior ha sabido anticiparse. Es más meritorio.

Muy diplomática.

En honor de Chaves hay que decir que no se lo pensó dos voces antes de aceptar presentar mi libro. Ha habido una gran complicidad.  

¿Influye la mayoría femenina en el Consejo de Gobierno?

Espero que se deje notar cada vez más. Siempre se ha hablado de la necesidad de que las mujeres en el poder sean masa crítica, para que empiece a pesar su opinión.   

Con tanto poderío, ¿ellos no se achantan?

Las mujeres aportamos una mirada que representa a la mayoría. Una perspectiva que, por fin, se está incorporando a las políticas.

Cite las prioridades de su mundo ideal.

En un mundo ideal tiene que haber una gran libertad individual. Una gran libertad para amar y relacionarse sin demasiados dogmas ni posesiones.

¿Y…?

Tiene que ser un mundo muy solidario, donde ni una sola persona esté desprotegida. Un mayor contacto con la naturaleza también es básico para cualquier paraíso futuro.

¿Y el sueño de la exogénesis?

Eso es ficción literaria. Pero no me cabe duda de que a medida que haya más mujeres en la medicina habrá cada vez más avances para hacer que la maternidad sea puro gozo y tenga menos aristas.

¡Sin embarazos, ni partos!

A ellos les duele poco el parto.

Destaque algún atributo femenino.

Las mujeres son grandes comunicadoras. Tienen inteligencia emocional. También poseen una cierta capacidad de organización muy interesante, fruto de la evolución.

¿Y qué dice de los hombres?

Tienen grandes virtudes, además de una capacidad de concentración muy elevada. Los varones, en general, siempre que deciden relacionarse en clave de igualdad, son seres llenos de fantasía y creatividad.

¿En clave de igualdad, son aliados?

La ética no tiene género. La apuesta por la igualdad, una cuestión de ética, es apoyada de corazón por muchos hombres.

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