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Los vecinos de La Zarza-Perrunal también llegan a sus viviendas

  • Aunque iban a pasar un día más fuera de sus casas, las más de 300 personas ubicadas en Calañas y El Cerro retornan a sus hogares

Vecinos de La Zarza-Perrunal en El Cerro de Andévalo.

Vecinos de La Zarza-Perrunal en El Cerro de Andévalo. / Josué Correa

“El inmenso trabajo de los profesionales del Infoca permite pasar el incendio de Almonaster a nivel 0. Todas las personas desalojadas que quedaban por volver a sus casas podrán hacerlo y se reabre al tráfico la única carretera que permanecía cortada. Orgulloso de su esfuerzo”. Son palabras del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en su cuenta de Twitter a las 18:18. Fue la mejor noticia que podían recibir los vecinos de La Zarza-Perrunal. Hasta entonces, 315 personas iban a permanecer desalojadas, por prevención al menos un día más, a causa del incendio originado en Almonaster a pesar de que las llamas ya estaban estabilizadas. Un total de 55 personas estaban ubicadas en Calañas, 178 en el Cerro de Andévalo y otras 73, en la misma ubicación, pero que sólo precisaban de alimentación ya que no requerían de un colchón para dormir.

Durante la mañana, con la mente de que tendrían que pasar una noche más fuera de sus casas, antes de conocer que podrían volver ayer a sus casas, los ánimos eran diferentes a los días anteriores. “El domingo la gente estaba un poco derrotada y había tensión. Se pasaron momentos regulares”, pero al final “se ha quedado en un susto. Ha sido prácticamente un milagro”, explicó a Huelva Información la concejala de El Cerro de Andévalo, Manuela Bravo.

“Os quiero agradecer todo lo que habéis hecho por nosotros”, señaló una mujer a Bravo. “La verdad que no hay que agradecerlo porque si hubiese sido al contrario hubiera sido igual”, contestó ésta. “Lo bonito ha sido la unión. Vosotros nos habéis ayudado con vuestra actitud, en la situación que estáis, habéis estado agradables, educados y con buen humor”. La conversación no duró más de dos minutos pero fue el mejor resumen de más de dos jornadas de nervios. Demasiadas horas para pensar, donde dormir es casi una utopía ya que la mente está soplando unas llamas que acechan toda una vida entre cuatro paredes. Para hacer frente a las pesadillas la atención ha sido fundamental. “La colaboración ha sido brutal”, explicó Bravo. Vecinos, pueblos de alrededor, empresas locales, Cruz Roja, el Centro de Salud del municipio... todos a una para que incluso sobrase comida, que todos los afectados tuviesen un colchón donde dormir y no faltase de nada.

“Cuando nos dijeron de desalojar El Perrunal cogimos las medicinas y un poco de ropa. No pensamos que iba a durar tanto”, contó José María Rodríguez a este periódico. Eso sí, “el día a día está siendo excelente. Estamos muy agradecidos”. Aunque, las horas se hicieron largas. “La primera noche no dormimos y anoche ya era más el cansancio. La verdad es que cuesta. Las horas las pasamos dando vueltas y paseos”. Estas fueron las sensaciones predominantes de la mayoría de las personas alojadas en el Centro de Formación y una guardería de El Cerro de Andévalo. En estas localizaciones se encontraban las personas más dependientes y con riesgo de la Covid-19. “Hemos mantenido el protocolo de seguridad”, explicó Manuela Bravo.

“Ni medicinas, ni ropa, ni nada. Nos dio tiempo a cerrar la puerta y coger al perro”, señaló una vecina de La Zarza. Las horas las pasaba mirando junto a sus vecinos hacia su localidad. “Ayer temíamos por nuestras viviendas. Allí tenemos un pinar, que es el corazón del pueblo y como se meta el fuego allí...”. Pero no hubo que lamentar nada de eso. Regreso a casa. La mejor noticia.

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