Durante la procesión de Pentecostés la Virgen del Rocío estará este año un poco menos accesible de lo que lo venía estando hasta ahora. La Hermandad Matriz ha decidido aumentar el basamento del paso para que los varales no estén tan accesibles. Según explicó ayer el presidente José Joaquín Gil, este cambio responde a la necesidad de evitar que todo el mundo se agarre a los varales del paso y pueda tirar de ellos durante la procesión. "Este año hemos subido el listón en altura, así que sólo podrán llegar los que sean más altos", dijo.

Otra de las novedades relacionadas con la procesión de la Virgen almonteña tiene que ver con el famoso salto de la reja. La puerta de ésta se ha ampliado para que "la salida de la Virgen se haga con más amplitud y evitar estrecheces al sacarla".

De momento no se van a producir cambios en el acto central del sábado de romería, la presentación de las hermandades. Salvo que este año se suma una más, la de Morón de la Frontera, que hace el número 106 de las filiales, lo que alargará un poco más las casi diez horas que duró este vistoso acto el año pasado.

Para la misa del domingo se volverán a colocar algunas sillas y este año si que habrá también para los presidentes y hermanos mayores de las hermandades rocieras que acuden a esta liturgia. El Rosario se mantendrá igual.

Por último el presidente de la Hermandad Matriz destacó la importancia de la donación de la Fundación Caja Madrid por valor de 305.000 euros para construir las nuevas capillas sacramental y penitencial del Santuario del Rocío. La Capilla Sacramental o Sagrario pretende recuperar, previa restauración de sus principales tallas y esculturas, el retablo antiguo de la ermita del Rocío, que quedaría incorporado a esta capilla, en cuyo centro iría el tabernáculo que acogería al Santísimo. La capilla penitencial, destinada a acoger las confesiones de los fieles, se ubicaría justo enfrente del Sagrario.