Vivir en Huelva

La tradición en Trigueros se llama capeas

  • La localidad celebra sus Fiestas Taurinas en una nueva plaza con jaulas y gradas

Una de las carreras que se vivieron en las capeas.

Una de las carreras que se vivieron en las capeas. / Javier Monterroso (Trigueros)

Al tercer cohete, sale la vaquilla. Como manda la historia. A toda prisa; sin nada que le detenga. Nadie sabe su nombre, pero sí la finca en la que se ha criado. Comienza aquí una jornada más de capeas en Trigueros, una de las tradiciones socioculturales más enraizadas de toda la geografía onubense.

Las fiestas taurinas triguereñas se asoman al mundo en verano. A finales del mes de agosto. Y mueren tras ocho días de encierros matutinos y lidias vespertinas. Una semana en la que el mundo taurómaco se enclava en cada rincón de la tierra de Miranda, al que se ha dedicado el cartel de Nolasco.

A un lado, las jaulas; al otro, el nuevo graderío, donde los músicos locales se entremezclan con el público para poner la banda sonora al espectáculo. Es un día en familia, de convivencia entre amigos. Y abajo, en la arena, se reúnen los más osados. Frente a frente al animal en una conversación sin palabras.

Las nuevas gradas ofrecieron más seguridad a los asistentes. Las nuevas gradas ofrecieron más seguridad a los asistentes.

Las nuevas gradas ofrecieron más seguridad a los asistentes. / Javier Monterroso (Trigueros)

Parece que no pasa el tiempo. La imagen se repite cada estío. No hay diferencias de edad en un recorte y, aunque la gran mayoría se resguarda sobre las maderas, hay jóvenes que se atreven con todo. Le saltan por encima, le hacen seguir su estela y los más cualificados, se arrancan con la muleta.

Todo ocurre en el rectángulo de la calle Beas. Esa es la principal novedad. El Ayuntamiento ha sustituido la última plaza de toros por un híbrido entre las antiguas jaulas y las nuevas gradas. Una vuelta al pasado con la comodidad moderna. Da igual, el protagonismo está en el ruedo.

Por allí, pasan reses de las ganaderías más conocidas: Los Millares, Vistalegre, La Pizarrilla, La Torre, El Toril, Coto Los Majales y Miranda. Mientras las vaquillas corren, los más pequeños del lugar sueñan con el momento de hacerlo junto a ellas. Un compás de espera que tratan de sofocar con su particular ‘encierro infantil’.

Las nuevas instalaciones cumplieron con su cometido. Las nuevas instalaciones cumplieron con su cometido.

Las nuevas instalaciones cumplieron con su cometido. / Javier Monterroso (Trigueros)

Tuvo lugar el miércoles y fue una fiesta por el respeto a los animales en su faceta más inocente. En Trigueros, nombrar capeas es invocar a la fiesta. El Parque del Pacífico se llena esta semana de chiringuitos, música e infinita diversión. Gisela, Marisol Bizcocho o Sandra Carrasco pisarán las tablas de la Caseta Municipal, mientras que en la Zona Joven, se suceden los dj´s, las bailarinas y las fiestas en sus variadas versiones.

Son muchos los visitantes que acuden a disfrutar de los toros triguereños. Una celebración originada en las fiestas campesinas de principios del siglo XIX, que se realizaban con motivo del final de la campaña agrícola y que en la actualidad sigue gozando de muy buena salud. Ocho días de actividades, 64 vaquillas y más de 250.000 euros de presupuesto para disfrutar de la otra gran cita cultural de la localidad triguereña. Con la venia de San Antonio Abad.

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