Más de 600 personas representantes del tejido social y empresarial de la comarca acudieron ayer jueves a la apertura del coloquio Doñana Ecosocial, iniciativa puesta en marcha por la asociación que engloba a los 14 municipios vecinos de la Reserva de la Biosfera.

De esta manera, los ciudadanos pudieron prestar su voz y sus acertados análisis a la hora de abordar el papel que han de jugar las administraciones competentes a la hora de casar el necesario desarrollo económico con la preservación del espacio.

Para abrir boca, los ediles representantes de los municipios ofrecieron un primer esbozo de lo que entienden han de ser las líneas maestras que han de regir la hoja de ruta que logre este subrayado fin que, concluyeron, se vislumbra en quimera sin una mayor implicación social.

Abierta la veda, la ponencia más destacable corrió a cargo de Francisco Díaz, doctor en Biología en la Universidad Complutense de Madrid y presidente de WWF-España. De él partieron numerosas reflexiones que dieron pie al posterior debate e ilustraron los distintos modelos de desarrollo que brinda cualquier espacio. No obstante, el doctor enfatizó en que "la conservación de la naturaleza no consiste en delimitar en un mapa un espacio protegido bajo la catalogación que se determine oportuna, llámese Reserva de la Biosfera, Parque Nacional, etcétera". Fiel a ello, apuntó que ese espacio protegido está íntimamente ligado a su matriz territorial y no es ajena a los problemas que afectan a su calidad y nivel de vida".

Es base a estos análisis, se congratuló de la puesta en marcha de este tipo de foros, donde la sociedad escenifica sus inquietudes y sus problemas. Según las opiniones sondeadas por este periódico, la tendencia generalizada es que no se ha sabido rentabilizar la marca Doñana o, al menos, transmitir los réditos económicos que comporta albergar un hito de la naturaleza, con las potencialidades que ello comporta sobre todo en materia turista.

En lo que respecta a determinados sectores, las propuestas fueron más concisas, tales como las del gremio de ganaderos, quienes defienden el pastoreo controlado en el entorno e incluso demandan que los animales salvajes sean vacunados para controlar enfermedades como la tuberculosis. Así se manifestaba Juan José Martínez, presidente de ADS Doñana Ganadera, quien recordó a su vez que la implicación social es la que ha permitido contar hoy por hoy con este escenario natural privilegiado.

Los agricultores, por su parte, lamentan que el agua superficial de riego continúe inmersa en el circuito burocrático y a expensas de que las grandes infraestructuras hídricas, como la presa de la Alcolea, se conviertan en una realidad tangible.

Precisamente y como medida de urgencia el trasvase es la tabla de salvación en la que confía el sector, medida que incluso cuenta con el beneplácito de los ecologistas. La razón es que, en contrapartida, las explotaciones agrícolas que se beneficien del agua de riego tendrán que sellar sus pozos, con lo que dejarían de extraer agua del esquilmado acuífero 27.

Por el contrario, el presidente de WWF se muestra crítico con los trasvase al asegurar que "no es la solución más idónea", ya que implicar un reconocimiento explícito de que somos deficitarios y, por ende, dependemos de otras zonas, lo que tira por tierra la pretendida sostenibilidad.

Para hoy viernes está previsto que se desarrolle la jornada que cierra el coloquio, abordando uno de los temas que más controversia y tensiones suscita en el Parque: el uso y control del agua. El doctor en Geografía Leandro del Moral brindará una ponencia que versará sobre este escaso recurso, desde su "consideración como factor de desarrollo al debate sobre los límites del crecimiento". Por último, el coloquio cerrará sus puertas tras una mesa redonda que reunirá en su seno a rectores de universidades y profesores. Juntos disertarán sobre la "educación para la sostenibilidad en Doñana".