Una ruta patrimonial recuerda el legado de Don Amadeo Romero Tauler en Cortegana

El intelectual serrano inspiró el amor por la cultura y el patrimonio locales

José Francisco González interpreta a Don Amadeo. / Facebook Vestigia
Antonio F. Tristancho

Cortegana, 05 de octubre 2025 - 05:24

Aunque exista un dicho en sentido contrario, lo normal es que los pueblos reconozcan la labor de aquellos que emplean su tiempo y esfuerzo a engrandecer su patria chica. Hombres y mujeres pertenecientes a los ámbitos del arte, la política, la educación o la empresa, han sido homenajeados en muchas ocasiones poniendo sus nombres a calles, con actos de reconocimiento, con medallas o diplomas conmemorativos y, en definitiva, recibiendo el cariño de sus conciudadanos.

Asistentes a la ruta turística dedicada a Don Amadeo. / Facebook Vestigia

Así ha ocurrido desde hace décadas en Cortegana con Amadeo Romero Tauler. Este intelectual marcó una época de concienciación y de identidad cultural que aún se recuerda. El hecho de que se le llame Don Amadeo, ya simboliza el respeto que se ha tenido siempre hacia este vecino. Precisamente, hace unos días ha sido protagonista de una ruta turística y patrimonial que ha reivindicado su papel y la historia del castillo corteganés, en cuya recuperación ejerció una función principal.

Asistentes a la ruta turística dedicada a Don Amadeo. / Facebook Vestigia

La iniciativa ha sido impulsada por el área de Turismo del Ayuntamiento de Cortegana, con la colaboración de la Asociación Amigos del Castillo, y desarrollada por Vestigia, la empresa de creatividad cultural y turística que imprime un carácter especial a sus convocatorias. Su responsable, José Francisco González Vázquez, vive, interpreta y transmite emociones y experiencias como la que ha sabido crear en esta ruta. Caracterizado como Don Amadeo, González ha recorrido el entorno de la fortaleza reviviendo aquellos años 60 del siglo pasado en que el profesor se empeñó en el rescate de los restos del castillo.

Busto dedicado a Don Amadeo en el castillo de Cortegana . / Archivo Tristancho Lieva

La experiencia fue muy interesante. Combinando la puesta de sol, el teatro, el arte, la historia y la gastronomía, se desarrolló un cóctel cultural de primer nivel. Una de las finalidades, según sus organizadores, ha sido demostrar las posibilidades turísticas y culturales que tiene el castillo, más allá de sus consolidadas jornadas culturales y jornadas medievales. La visita teatralizada estuvo centrada en conocer el monumento de la mano del destacado intelectual corteganés, eligiendo la escena en que posiblemente se desarrollaría la supuesta inauguración del alcázar tras su restauración en 1972.

Don Amadeo Romero Tauler en su etapa como profesor del Colegio San José. / Archivo Tristancho Lieva

La labor de Don Amadeo fue destacada en aquel hito histórico. Promovió contactos y fondos para su restauración, creó la Asociación Amigos del Castillo de Cortegana y donó objetos y propiedades personales para el proyecto de rescate.

Su labor en la recuperación del castillo de Cortegana

Y es que, en aquella época la fortaleza se encontraba en un estado de abandono muy avanzado, cubierto de maleza, la entrada principal reducida a una simple brecha, las torres desmoronadas sin sus antepechos y merlones, las estancias con zarzas, basuras procedentes de escombros y sin solería, y, en definitiva, presentaba una imagen desoladora. Lo primero que hicieron Don Amadeo y aquellos pioneros fue solicitar proyectos de restauración que terminaron llegando en 1969, a cargo de Rafael Manzano Martos por valor de 659.611 pesetas. En 1972, se aborda una segunda fase dirigida Alfonso Jimenez y presupuestada en cuatro millones de pesetas, a la que le siguen sucesivas obras, las que dirigió Eduardo Barceló en 1976, o la que volvió a estar a cargo de Alfonso Jiménez en 1979. Para poder completar algunas de ellas se realizaron campañas participativas en el pueblo, con el fin de recoger fondos. La capacidad de influencia que tuvieron para conseguir esta financiación, debida, entre otras razones, a la buena relación entre Don Amadeo y el aracenense Florentino Pérez Embid, director general de Bellas Artes del Gobierno de la época, fue decisiva para afrontar estos primeros hitos restauradores. En este ámbito patrimonial, se debe también a Don Amadeo el impulso de la Asociación de Amigos del Castillo de la Villa de Cortegana, que tiene sus antecedentes en los años 60, aunque se inscribe oficialmente el 15 de abril de 1975. El objeto social se centraba en la preservación, divulgación y conservación, además del mantenimiento y promoción del histórico edificio del Castillo de Cortegana, prestando la mayor colaboración a todas las actividades de orden cultural del inmueble y de la localidad. La entidad acaba de cumplir medio siglo siendo faro cultural de la localidad y de la Sierra entera.

Don Amadeo Romero Tauler en su etapa como profesor del Colegio San José. / Archivo Tristancho Lieva

Pero el empeño del erudito local no se quedó ahí. En diversos momentos, regaló bienes familiares, como dos fincas de olivar en el entorno del castillo para poder afrontar su restauración y ampliación, y diversos enseres entre los que destaca la colección de monedas que ahora ha sido puesta en valor en el interior de la fortaleza, y que fue donada en 1977, como se recoge en la prensa de la época. Otros objetos los entregó a diversas entidades, como la parroquia, concretamente un copón con representación de los evangelistas, y también se ha recogido en diversos trabajos la recuperación y donación de algunos restos de los ajuares de la necrópolis de Las Cefiñas (Aroche).

Don Amadeo fue un auténtico erudito local, introduciendo la importancia de la historia, del arte y de la arqueología en el pueblo serrano y especialmente entre sus alumnos. “Apasionado del patrimonio y de las letras, luchó como nadie por el porvenir cultural y educativo de su amada Cortegana”, afirma González. Ligado a los acontecimientos que le tocó vivir, fue responsable de los carlistas corteganeses desde el día 31 de diciembre de 1936, contando con las tres secciones de ‘Requeté’, ‘Margaritas’ y ‘Pelayos’, según se recoge en el libro ‘La Huelva carlista Historia de una contrarrevolución incompleta (1931-1945)’, de Juan Ignacio González Orta.

Trayectoria educativa y cultural

Nacido en Cortegana, el 7 de octubre de 1910, se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid, y también en Derecho, por la Universidad Central de Madrid. Ejerció como catedrático en el Instituto de Enseñanza Media de Seu de Urgel (Lleida), y como profesor en el Colegio Primo de Rivera de Écija (Sevilla) y en Hinojosa del Duque (Córdoba), desde el que volvió a su localidad natal. De su estancia durante más de dieciséis años en la provincia cordobesa se puede destacar su labor como profesor en el Colegio de los Padres Carmelitas, sus trabajos en materia arqueológica e histórica, como el artículo ‘Hinojosa romana’, publicado en 1953, su interés por la Semana Santa o su profesión como abogado, como recoge la Lista Oficial de abogados de la provincia de Córdoba, editada por los Ilustres Colegios de Abogados y procuradores de Córdoba en 1960, apareciendo con su despacho domiciliado en la calle Reina, 2, desde el 13 de noviembre de 1958.

Regresó a Cortegana algunos años después, al Colegio San José de Cortegana, que ya contribuyera a impulsar y del que fue profesor en 1955. Don Amadeo se reincorpora al centro como director desde principios de los años sesenta, ya como Colegio Libre Adoptado, hasta su fallecimiento en 1980, a la temprana edad de 69 años, recordándose el hecho de que muriese al pie del aula, momentos antes de asistir a su clase matinal de Historia.

Sus clases imprimieron un arraigado sentimiento de identidad cultural a la población. Como ejemplo, el testimonio de alumnos como el posteriormente profesor Pepe Luis Lobo, que recuerda cómo conoció al humanista Diego López de Cortegana gracias a Don Amadeo, trasladando posteriormente a sus alumnos la labor traductora y literaria del insigne escritor, del que se ha cumplido en 2024 el quinientos aniversario de su fallecimiento.

Llevó a sus alumnos a numerosas excursiones culturales, le tocó recibir y enseñar el patrimonio local a José María Pemán en 1947, participó en numerosos homenajes, como el del maestro Luis Fernández Tristancho en 1970, y en todos los actos de la Cortegana de sus últimas décadas de vida.

Uno de los reconocimientos más relevantes de cuantos recibió fue su nombramiento como correspondiente de la Academia Sevillana de Buenas Letras, en la que ingresó en febrero de 1969. El ABC de Sevilla publicó reseñas de este reconocimiento los días 11 y 12 de febrero del mismo año, incluyendo datos biográficos. También recibió la Medalla de Bronce de la Juventud y ejerció como delegado local de Bellas Artes y del Patrimonio Artístico y Cultural en Cortegana en los años setenta del siglo pasado.

Recopiló un compendio de sus investigaciones sobre Cortegana en el artículo ‘Patrimonio artístico, monumental y turístico’, publicado en el número 27 de la Revista Amistad y Servicio, editada por la Caja Provincial de Ahorros de Huelva en 1979.

Todos lo mencionan con cariño y la Cortegana cultural de las últimas décadas le debe mucho a su labor y a la de otros tantos hombres y mujeres que inyectaron el amor por el patrimonio a todo un pueblo. Hoy, homenajes como el del Ayuntamiento y Vestigia, dedicatorias como el capítulo que incluye el libro ‘Coplas y sevillanas del castillo de Cortegana’, impulsado por Juan Manuel Romero de Terreros, o el busto que puede admirarse en el patio de armas del castillo, sirven para desterrar aquello de que “nadie es profeta en su tierra”. A Don Amadeo se le recuerda, se le valora y se le quiere.

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