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El obispo resalta la religiosidad, fe y gran tradición de San Benito

  • La popular romería cerreña concentró ayer a miles de personas · Durante la mañana de hoy será desvelado el nombre del nuevo mayordomo, el acto final.

Bajo un intenso sol, cuyos rayos eran suavizados por el persistente viento, vecinos y visitantes vivieron ayer el día grande de la romería en honor de San Benito Abad en El Cerro del Andévalo. Tradición y colorido en honor del santo.

Como cada año, la eucaristía hizo que la ermita, situada a una veintena de kilómetros de la localidad, se quedase pequeña ante el masivo flujo de fieles, que siguieron antes en procesión al Patrón por el propio recinto romero, rodeado de montes cubiertos de jara y encinas.

En esta ocasión, un testigo de excepción: el obispo de la Diócesis onubense, José Vilaplana, quien posteriormente, y a preguntas del periodista, se mostraría gratamente sorprendido del atractivo religioso y cultural de esta festividad, que no conocía con anterioridad, y en la que, tal y como reconoció, "se ha sabido conservar la tradición y el aspecto ancestral".

Para monseñor Vilaplana, otro de los aspectos interesantes que encierran este tipo de convivencias es la fe, que precisamente -según resaltó- puede ayudar mucho para salir de la difícil situación en que se halla gran parte de la sociedad por culpa de la crisis.

Y en primera fila de toda la celebración, los mayordomos salientes, Juan Coronado Pérez y María Bravo Rico, satisfechos por todo lo vivido desde la romería del pasado año 2008, en que accedieron a este cometido, y algo tristes porque "este orgullo y privilegio llega a su fin".

Dentro de la comitiva, el alcalde de la localidad, Juan Manuel Borrero (PP), quien se mostró satisfecho de que todo estuviese transcurriendo dentro de la normalidad que caracteriza a esta romería, que acoge no solo a vecinos de El Cerro sino también a quienes proceden de otras localidades limítrofes. Para Borrero, la romería posee un indudable valor no solo cultural y religioso sino también antropológico, que la lleva a estar considerada como una de las más antiguas de España y la de mayor trayectoria de Huelva y Andalucía.

La jornada romera comenzó a primeras horas. La tradición cuenta que la mayordomía acoge a los romeros con dulce de membrillo y un trago de vino de pasas pero, además, en esta ocasión, también hubo caldo de puchero para todos los que quisieron reponer fuerzas.

A lo largo de la mañana, en la ermita el Santo fue acompañado por feligreses que llenaron el recinto, hasta que la venerada imagen fue portada en procesión por el exterior y, después, tuvo lugar la solemne función eucarística.

Una vez finalizada, a las puertas de la ermita se celebró la esperada demostración del folclore autóctono con los típicos bailes, entre ellos el del 'poleo'. Lanzadores y jamugueras, también conocidas como galanas, volvieron a arrancar el aplauso de los cientos de espectadores que se agolpaban alrededor del cordón habilitado para estas danzas, amenizadas por la flauta y el tamboril.

"Esta romería tiene mucho más de cultura que de turismo, aunque tiene mucho de ambas cosas", explicó Anselmo Pérez, vecino de Huelva que acudió a la romería invitado por unos amigos. "Aquí nadie se siente forastero", aseguró, al tiempo que subrayó que algunas romerías de cuantas se celebran tanto en el Andévalo como en la Sierra onubense han sabido proteger sus tradiciones para conjugarlas con las nuevas formas de diversión de la sociedad.

Por su lado, las hermanas María y Josefa, naturales de El Cerro, coincidieron al señalar que, en esta localidad, nadie es indiferente a San Benito, pues "todo el mundo se vuelca cada año" con esta romería.

Anoche, tras el rezo del Rosario, se esperaba el tradicional acto en el que el mayordomo, de rodillas, es despojado de las bandas, que le han acompañado durante todo el periodo de mayordomía, y se le colocan al Santo. Por ello, en la mañana de hoy, lunes, se conocerá el nombre del nuevo mayordomo, que será dado a conocer a lo largo de la eucaristía.

Hacia las cuatro de la tarde y una vez que los romeros se hayan despedido de San Benito Abad, se iniciará el camino de vuelta hacia El Cerro de Andévalo. En ese momento comenzará, como cada año, la cuenta atrás para la romería venidera.

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