Cartaya

Un recorrido especial y de gran devoción en Cartaya

  • La Virgen de Consolación ‘baja’ al templo de San Pedro Apóstol en uno de los momentos más emotivos para el municipio cartayero

Como cada año, el final del mes de agosto está marcado en Cartaya por la devoción consolacionista. Un sentimiento heredado desde tiempo inmemorial que da a esta localidad costera durante aproximadamente unos quince días otro aroma, otro color, y hasta una alegría distinta.

Los cultos, que se extenderán hasta el próximo día 8 de septiembre, día grande de la que es considerada madre protectora de la localidad, se iniciaron el viernes con el traslado de la imagen de la Virgen desde su camarín, en la ermita que lleva su nombre, hasta su paso procesional; y con la exaltación que en honor de la Virgen pronunció Margarita Gómez Barranco.

Posteriormente el sábado se celebró la popular ‘Velá’ de Consolación en los alrededores de la ermita, a la que precedieron la VI Ruta Gastronómica Ecuestre por las calles de la localidad y la Peregrinación a la ermita con el Simpecado.

Pero el momento de la verdad, el de ver a la protectora un año más en la calle, no llegó hasta la tarde noche de ayer domingo cuando, tras abrirse las puertas de la ermita, Nuestra Señora de Consolación cruzó su dintel a hombros de sus costaleros para deslumbrar a los cientos de cartayeros que esperaban ansiosos el inicio de su tradicional procesión de ‘Bajada’ hasta la Parroquia de San pedro Apóstol. Allí permaneceré expuesta al culto durante las dos próximas semanas.

La procesión se inició como es costumbre coincidiendo con el ocaso y tras la misa que se ofició en la ermita a las 20.30 horas, y discurrió por su itinerario tradicional a lo largo de las calles Santa María de Consolación, De la Plaza, Plaza Redonda y Templo.

Uno de los momentos más emotivos, y a la vez el que ofrece una de las más bonitas estampas del popular traslado, estuvo una vez más justo después de salir del templo, aún en el interior del recinto de la ermita. Es el momento en el que la Virgen, entronizada en su paso, baja la cuesta que a su término pone cada año a la comitiva en los inicios de la calle Santa María de Consolación para iniciar el recorrido que la llevará hasta el centro de la localidad.

La Virgen de Consolación estuvo acompañada en su recorrido por la Banda del Ateneo Musical de Cartaya y, como es costumbre, el paso fue exornado con flores de tonalidad rosa, color por excelencia de dicha advocación. La venerada imagen lució en esta ocasión su manto rosa de brocado, del siglo XVIII.

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