La iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán de Lepe ha reunido este domingo a más de 3.000 personas para rememorar cómo los vecinos de la localidad salvaron a la imagen de su Patrona, la Virgen de la Bella, de ser trasladada al Monasterio de La Rábida hace 187 años, en virtud de las órdenes de la Desamortización de Mendizábal.

Se trata de un acto que ha durado poco más de siete minutos, y que no tiene más de 15 metros de distancia, pero supone cada 7 de agosto un acontecimiento en este municipio, con gente de toda la comarca presente en la iglesia abarrotada para verlo en vivo.

En 1835, cuando la imagen se encontraba aún en el puerto de El Terrón, donde se celebra la Romería de La Bella cada segundo domingo de mayo, uno de los frailes que se encontraba en el convento, fray José, avisó a los vecinos de que la imagen iba a ser trasladada a La Rábida, y fueron ellos mismos los que se encargaron de ir a buscarla, a unos cuatro kilómetros, para ocultarla y evitar el traslado.

Para conmemorar aquella gesta de los leperos, a las 13:00 se ha abierto el cerrojo de la verja que separa el camarín de la Virgen del altar y, tras rezar una salve se han hecho con la imagen, para colocarla en el altar tan solo cinco minutos después, en una iglesia sin bancos ni nada que estorbase para que miles de personas llenasen un año más sus tres naves.

El acto es cada año el primero de las Fiestas de La Bella y San Roque de la localidad, que tienen su punto culminante cuando la Patrona sale en procesión y reciba cientos de ofrendas en forma de billetes de curso legal prendidos en su manto en la noche del 15 de agosto.