La familia rociera de Moguer se reencontró el pasado fin de semana con la Blanca Paloma durante el acto oficial de peregrinación a la aldea almonteña. Medio millar de fieles y devotos moguereños se dieron cita en el Rocío, en una soleada mañana de domingo, para participar en el oficio religioso que se celebró en la ermita a partir de las 13:00. A este acto de fe, devoción y convivencia, asistió también una representación de la Hermandad Matriz de Montemayor, con los mayordomos de la Romería de 2012, las filiales rocieras de los pueblos vecinos, la Hermandad de la Borriquita, la de Madrid-Barajas, asociación amadrinada por la Hermandad del Rocío de Moguer, y los mayordomos de la romería de Pentecostés de esta primavera.

Tras la eucaristía, que estuvo amenizada por el Coro de la Filial que dirige Daniel Carrasco, los asistentes se trasladaron a la casa-hermandad donde disfrutaron de un día de convivencia en torno a la Blanca Paloma.

El presidente de la Hermandad moguereña, Manolo Morales, aprovechó la ocasión para agradecer públicamente a Rocío Iglesias, miembro de la directiva de la Hermandad de Montemayor, que se movilizara para conseguir que la calle Carretas vuelva a ser la calle Moguer, tras la reunión mantenida con el alcalde de Almonte, y la posterior aprobación por el pleno de ese Ayuntamiento. Este es un hecho que llena de orgullo y agradecimiento al pueblo de Moguer que lleva cuatro siglos postrándose a los pies de la Reina de las Marismas.

Es importante destacar que por primera vez este año, todas las Hermandades filiales que peregrinaron el domingo hasta la aldea almonteña, participaron en la tarde noche del sábado en un emotivo y entrañable rosario, iluminado por velas, que se desarrolló alrededor de la ermita con la participación de las Directivas y peregrinos de cada Hermandad, acompañando todas ellas a sus simpecados.