Provincia

Un embargo de 780.000 euros liquida la cooperativa de consumo

  • La empresa mantenía un único empleado y buscaba alquilar sus instalaciones como último recurso de supervivencia La fusión con sus homólogas de Lucena y Almonte fracasó

La Cooperativa de Consumo San Francisco de Borja (Coborja) de Bonares está abocada a la extinción. Un banco le ha requerido la ejecución hipotecaria de todos sus bienes para satisfacer una deuda acumulada de 600.206 euros, más 180.061 en concepto de intereses y costas. Con este último movimiento, en una resolución que ya es firme y contra la que no cabe recurso, se consuma la quiebra de una sociedad que ya había visto como todos sus trabajadores abandonaban el barco tras la bancarrota y los sistemáticos impagos de las nóminas, mientras buscaba como último recurso el alquiler de sus instalaciones en pleno centro del municipio a un empresario, al que subrogaba los compromisos laborales del único trabajador que mantenía en plantilla.

Su disolución pondrá fin a los intentos de reflotar las cooperativas de Consumo del Condado a través de una fusión de entidades que se planteó como último reducto de salvación, a cuyo flotador pretendían acogerse Coborja (Bonares) Cobiluz (Lucena del Puerto) y Cristo Obrero (Almonte). Una singladura en común que naufragó incluso antes de la botadura del nuevo barco.

Gregorio Ojuelos, presidente de Fedeccon Andalucía, declinó la posibilidad de analizar la quiebra de Coborja por vía telefónica, limitándose a afirmar que la fusión se fue al traste por "promesas que fallaron" por parte de las distintas administraciones, pero también por el hecho de que "las cooperativas estuvieran más dañadas de lo que en un principio se creía", entendiéndose por daño el agujero económico de unas cuentas que algunas fuentes con sultadas por este periódico tildan de "opacas", sobre todo en lo tocante al destino de ciertas "subvenciones públicas".

La Confederación de Entidades para la Economía Social de Andalucía (Cepes) y la propia Junta fueron las adalides de estos entes de concentración de pequeñas empresas como la única salida para mantener el pulso a las grandes cadenas de supermercados que poco a poco colonizaban los municipios de la zona. Con este fin se desarrollaron diversos estudios de mercado al objeto de apuntalar financieramente a las sociedades y garantizar su viabilidad empresarial. Sin embargo, las políticas de recortes de gastos, la reestructuración de plantilla y las renegociaciones con proveedores no fueron suficientes para garantizar la subsistencia de la emblemática sociedad bonariega.

El alcalde de Bonares, Juan Antonio García, que también ejerció en su día como presidente de la entidad, señaló que carece de datos y, en consecuencia, de las interioridades de la sociedad como para conocer los pormenores que han llevado a esta situación. "Ni sé las razones ni he querido nunca influir en la autonomía de las cooperativas, a las que, no obstante, he apoyado". En cualquier caso, añade que le consta que las dificultades "son consecuencia de la crisis que provocó una penuria financiera que conllevó que los pagarés dejaran de negociarse por parte de las entidades bancarias y que los proveedores quisieran cobrar al contado, lo que generó problemas de liquidez".

Hace casi más de una década que se barajó la posibilidad de llevar a cabo la fusión. En aquel entonces se llegó a un principio de acuerdo que, no obstante, no fue ratificado por el consejo de administración de una de las cooperativas, dando así al traste de la operación. La Ley de Sociedades Cooperativas de España detalla en su capítulo VII, referente a la fusión, escisión y transformación, apartado sexto: "El proyecto quedará sin efecto si la fusión no queda aprobada por todas las cooperativas que participen en ella".

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