Huelva

Los comerciantes de Ayamonte esperan con ansias la reapertura de la frontera con Portugal

  • La bajada de las ventas del pequeño comercio local oscila entre el 30 y casi el 100% debido al cierre del paso fronterizo existente entre el municipio onubense y Castro Marím

Comerciante ayamontino atiende a sus clientes en su zapatería.

Comerciante ayamontino atiende a sus clientes en su zapatería. / Jordi Landero (Huelva)

Las 1.445 empresas censadas en Ayamonte, la mayoría de ellas pequeños comercios y algunas con más de un establecimiento abierto al público, esperan ya como agua de mayo la reapertura del paso fronterizo entre este municipio onubense y el de Castro Marím, en Portugal, para intentar salvar en la medida de lo posible una temporada que se antoja más que complicada, como consecuencia de la crisis sanitaria de la Covid-19.

Y es que la pérdida de ventas de los comercios ayamontinos consultados por Huelva Información oscilan entre el treinta y casi el cien por cien, según los casos, como consecuencia sobre todo de la falta de clientes portugueses y, en menor medida, de turistas extranjeros de otros países, dado que la estructura económica de esta localidad fronteriza onubense “está mayoritariamente formada por pequeñas y medianas empresas que dependen en buena medida del cliente portugués”.

Así lo ha señalado a Huelva Información la presidenta de la Cámara de Comercio de Ayamonte, Bella Carballo, quien precisa que el problema del comercio y la hostelería en la localidad tiene dos vertientes principales. Una más general y que afecta a todos los puntos turísticos de la provincia como es la falta de turistas; a la que en el caso de Ayamonte se suma su posición fronteriza, y por tanto la falta de clientes lusos dadas las restricciones a la movilidad entre ambos países, cuya frontera común permanece cerrada desde la entrada en vigor del estado de alarma a mediados del pasado mes de marzo.

Para la presidenta de la institución cameral ayamontina los sectores más castigados por esta situación son los hoteles, “a los que no llegan clientes portugueses ni otros turistas extranjeros”; los restaurantes y la hostelería, “que no cuentan con el empuje del cliente luso, lo cual arrastra a otros negocios ya que cuando viene aprovecha para hacer compras, o viceversa”; las tiendas de muebles y electrodomésticos, las zapaterías y en menor medida otras tiendas de ropa; las estaciones de servicio, “cuyas ventas han bajado tremendamente ya que el gas butano y los combustibles están mucho más baratos en España que en el país vecino”; o las farmacias “ya que los portugueses adquieren más fácilmente en nuestro país determinados medicamentos”.

El último día anunciado por el Gobierno para la apertura de las fronteras terrestres es el día 1 de julio, aunque los comerciantes ayamontinos afirman vivir en este sentido con la “incertidumbre” derivada de las otras muchas fechas que se han barajado en las últimas semanas, de que se trata una decisión que también depende del Gobierno luso, o de que posibles rebrotes de la enfermedad a un lado u otro de la frontera obliguen a posponer la reapertura.

En este sentido, Carballo ha señalado que los empresarios ayamontinos “queremos que la frontera se abra lo antes posible, pero necesitamos que se haga con total garantía de seguridad sanitaria”. “No se puede abrir corriendo y sin seguridad –prosigue- para arriesgarnos a un rebrote y a tener que cerrar de nuevo. Eso sería mucho peor”.

Además, a juicio de la presidenta de la Cámara ayamontina, el municipio “también necesita seguir siendo un lugar seguro frente a la pandemia después del sacrificio que ha realizado durante todo el estado de alarma, lo cual no podemos ahora tirar por la borda”.

Por todo ello, añade, “tenemos que confiar en lo que decidan finalmente las autoridades sanitarias de ambos países, que sin duda disponen de más información que nosotros”.

Por su parte, los comerciantes ayamontinos consultados por Huelva Información admiten estar sufriendo bajadas de ventas que oscilan entre el treinta y casi el cien por cien, según los casos.

Así, Juan Antonio López, propietario de Calzados Hermanos López, una zapatería situada en la céntrica Plaza de La Laguna, reconoce que sus ventas están entre un 50 y un 60% por debajo de lo habitual “fundamentalmente por la falta del cliente portugués”, que según precisa “viene normalmente a España a comprar calzado porque allí es bastante más caro y hay mucha menos oferta”.

Con la apertura de la movilidad entre provincias de la fase 3 de la desescalada en la que nos encontramos, prosigue este empresario ayamontino, “se nota un poco de más alegría, pero seguimos echando mucho en falta al portugués”.

Frente al anterior establecimiento se encuentra el Café Bar La Lola, donde una de sus empleadas, Silvia Sánchez, admite que, aunque menos que el comercio, la hostelería también está notando la falta del cliente luso, “sobre todo cuando es festivo en el país vecino ya que muchos portugueses vienen a hacer compras y de paso comen, toman café y pasan el día en Ayamonte”.

Francisco Javier Manuel, empleado de Electrodomésticos Ferrer, empresa local con dos establecimientos en pleno casco antiguo, asegura que entre el 20 y el 30% de sus ventas son a clientes portugueses, que ahora no pueden venir, por lo que estos días están centrados en los vecinos del municipio y en los propietarios de segundas residencias en las playas de la localidad procedentes de otras provincias, especialmente de Sevilla.

Así, afirma que la apertura de la movilidad entre provincias “nos ha venido bien”, pero “estamos expectantes ante la apertura de la frontera, no solo por los portugueses que vienen expresamente a por electrodomésticos, sino también por los españoles que pasan por Ayamonte para ir a Portugal ya que ésta es una ciudad de paso”.

Pero sin duda el caso más sangrante es el de las tiendas de souvenirs, que dependen exclusivamente del cliente portugués, y del turismo. Es el caso de Enrique Suárez, que regenta Regalos para ti y quien asegura que normalmente el 80% de sus clientes son portugueses, el 15% extranjeros de otros países, y el 5% restante españoles.

Ante esta realidad, y con impotencia, afirma que “estoy aquí por estar abierto, por si cae algo, porque tengo que pagar el alquiler del local, pero he perdido prácticamente el 100% de mis ventas”. Por poner un par de ejemplos asegura que desde que abrió su tienda hace unos 20 días “solo habré vendido unos 50 euros” y que “hoy, por ejemplo, cuando son casi las ocho de la tarde, solo he vendido en todo el día dos imanes de frigorífico”.

Por otra parte asegura estar deseando que reabra la frontera el próximo día 1 de julio, a lo que añade que “otra cosa es que entonces los portugueses quieran venir ya que allí la pandemia ha tenido mucha menos incidencia que en España”.

La necesidad de apertura es recíproca, lo cual todos tienen muy claro en Ayamonte. En este sentido Suárez afirma tener compañeros con negocios similares en la otra orilla del río, los cuales “están igual, dependen de los españoles”. Silvia y Juan Antonio, de Café Bar La Lola y Calzados Hermanos López, respectivamente, opinan igual y aseguran que “ellos también lo están notando en sus municipios fronterizos de Vila Real y Castro Marím” y que “lo mismo pasa al otro lado de la frontera porque el beneficio es recíproco y se retroalimenta a ambos lados del Guadiana”.

Finalmente, Bella Carballo indica que la frontera “es fundamental para los negocios de Ayamonte, muchos de los cuales están pendientes de abrir cuando se supriman los controles fronterizos”. Y es que Ayamonte, concluye, “es una ciudad que produce y oferta mucho más de lo que consume, porque depende del cliente portugués”.

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