El Juzgado de Instrucción 4 de Huelva ha condenado a un hombre a 15 meses de prisión y el pago de 80.000 euros en concepto de indemnización después de que su perro, de una raza considerada peligrosa, agrediera a un conocido, cuando éste lo tenía en la calle sin el bozal que por ley debe llevar.

La sentencia considera probado que el hijo del acusado es propietario de un perro de raza American Stanfordshire Terrier, catalogada como potencialmente peligrosa.

La mañana del 15 de junio de 2020 el acusado sacó al perro del domicilio familiar para realizar una visita al veterinario para una revisión de una otitis crónica que padecía.

Como era su costumbre se sentó en la terraza de un bar de Punta Umbría, teniendo al animal junto a él y sin que éste estuviera provisto del bozal que por ley debe de llevar en lugares y espacios públicos.

Una vez allí se acercó a él una persona con la que mantenía una relación amistosa a la que, "despreciando las más elementales normas de cuidado, no apercibió de que no podía acercarse al perro sin tener bozal ni de la dolencia que padecía".

Al acercarse esta persona a acariciarlo, el perro se abalanzó sobre él mordiéndole en la cara, mentón y cuello, de forma sostenida, al tiempo que tiraba hacia atrás sin dejar de morder hasta que intervino el acusado. A consecuencia de los hechos la víctima presentó numerosas heridas en cuya curación tardó 219 días y que le han dejado diferentes secuelas.

Por todo ello, ha sido condenado como autor penalmente responsable de un delito de lesiones y imprudencia grave a la pena de cárcel de un año y tres meses de prisión.

En materia de responsabilidad civil debe, de forma conjunta u solidaria con la entidad aseguradora del perro, indemnizar en la cantidad de 80.000 euros a la víctima.

Se le concede al acusado el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena de prisión por dos años condicionado a que no delinca durante este periodo y a que abone el importe íntegro de la responsabilidad civil.