La Virgen del Rocío ya está entronizada en su paso en el presbiterio del santuario marismeño a la espera de la procesión del Lunes de Pentecostés. Es una señal de que la romería está cerca. Desde ayer preside la basílica con su nuevo traje. La Blanca Paloma luce por primera vez un nuevo traje confeccionado por los propios almonteños y es con el que recorrerá la aldea para bendecir cada una de las hermandades filiales tras el salto de la reja.

El traje está compuesto por saya, corpiño, cuello, mangas, sobre mangas y el traje del Niño. Según informó la Hermandad Matriz, la junta de gobierno y las hermanas camaristas, al elegir este traje para vestir a la Virgen esta romería, han querido reconocer de esta forma el esfuerzo y el cariño que "nuestras hermanas han puesto en la confección de este traje, y ofrecer este homenaje a las mujeres de Almonte, que han sabido transmitir la devoción por nuestra Madre, la Virgen del Rocío, en el pueblo, a sus hijos y a sus nietos".

El traje ha sido realizado bajo la dirección de los maestros bordadores Joaquín López y Juan Areal, del taller sevillano Santa Bárbara. Emplea un dibujo con elementos florales y guirnaldas, ejecutadas con hilo de oro fino y seda de diferentes colores, sobre tejido de tisú de plata.

El traje que llevará la Virgen se acompaña con el manto de Pentecostés, realizado también en Santa Bárbara, en 2011, con diseño y bordado muy similar al nuevo traje, que fue bendecido la pasada Navidad en el Santuario. El manto está confeccionado en tisú, empleándose una pieza de dieciocho metros de largo por uno de anchura y once kilos de oro fino. Su forma y dimensión es similar al otro manto de la Virgen, llamado De los apóstoles.