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La Universidad de Granada recepciona las muestras de los primeros cuerpos exhumados de la fosa de Nerva para su identificación

  • Los expertos advierten de la complejidad del proceso, mientras familiares y autoridades locales se muestran esperanzados

El alcalde y el arqueólogo responsable de la excavación durante la entrega de las muestras en la Universidad de Granada.

El alcalde y el arqueólogo responsable de la excavación durante la entrega de las muestras en la Universidad de Granada. / H.I.

La Universidad de Granada acaba de recepcionar las muestras óseas de los primeros 89 cuerpos exhumados de las fosas comunes del cementerio de Nerva, así como las tomas biológicas realizadas a medio centenar de familiares de represaliados por el Franquismo durante la guerra civil española, para su cotejo y posterior identificación. Se trata de una de las fases más decisivas del proyecto de recuperación de Memoria Histórica iniciado en noviembre de 2017 en la localidad minera, que alberga la fosa más grande de la España rural.

La entrega la ha realizado en persona el alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, acompañado por el director del equipo de arqueólogos, Andrés Fernández, a quienes representantes de la Coordinadora Cuenca Minera del Río Tinto para la Recuperación de la Memoria Histórica habían confiado las muestras previamente, manteniendo en todo momento la cadena de custodia. Tanto el primer edil nervense como el arqueólogo han querido testimoniar el momento histórico como uno de los más importantes llevados a cabo hasta ahora en uno de los pueblos del país donde se ejerció una represión con mayor ensañamiento y virulencia hacia las víctimas.

El profesor Juan Carlos Álvarez, del Laboratorio de Identificación Genética dependiente del Departamento de Medicina Legal, Toxicológica y Antropología Física de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, advierte de la complejidad del proceso, ya que al hándicap del excesivo tiempo transcurrido y el fallecimiento de los hijos directos de las personas represaliadas, en el caso de Nerva se suma la acidez del terreno minero en el que estuvieron depositado los cuerpos durante más de ocho décadas.

“Queremos ser honestos con los familiares y advertirles de la complejidad que muestra este caso. Nuestro objetivo va a ser encontrar la máxima cantidad de ADN en los restos que hemos recepcionado, pero todo dependerá de la calidad que presenten las muestras. Nos gustaría que este proceso fuera lo más rápido posible porque entendemos el componente humano que lleva añadido”, aclara Álvarez.

En el mismo sentido se ha pronunciado el director del equipo de arqueólogos que trabaja en Nerva, Andrés Fernández, quien ha destacado el alto grado de empatía mostrado por el equipo de la Universidad de Granada encargado del proceso de identificación, “dejamos las muestras en las mejores manos. Son unos excelentes profesionales, que entienden a la perfección el sufrimiento histórico al que están sometidos los familiares. El PH tan ácido del suelo minero va a dificultar en gran medida el proceso. Ya de por sí, no hemos podido aportar muestras de ningún fémur, que es donde se encuentra la mayor parte del colágeno para extraer el ADN, pero hemos dejado dos piezas dentales de cada uno de los restos hallados. Si existe la mínima posibilidad de cotejo positivo, la van a encontrar”.

A pesar de la complejidad anunciada por los expertos, el alcalde de Nerva, José Ayala, se muestra más esperanzado y desea fervientemente que los familiares de las personas represaliadas puedan recuperar los restos de sus ancestros tras el proceso de identificación, a la vez que subraya la importancia de no ceder en el empeño hasta ver reparada la memoria de las personas asesinadas en la localidad minera durante la guerra civil y posterior posguerra.

“Todos tenemos esperanza en que este proceso siga arrojando luz ante tanta oscuridad. Ojalá puedan encontrar el mayor número posible de coincidencias genéticas. Ahora queda seguir adelante con las nuevas líneas de subvenciones acordadas desde el Gobierno central y la FEMP. Necesitamos conocer la verdad y no cederemos en nuestro empeño. Después quedará la fase de dignificación de los restos que tendremos que consensuar con familiares y asociaciones memorialistas”, subraya el primer edil nervense.

La fase que ahora se inicia se lleva a cabo gracias al convenio firmado en septiembre de 2018 entre la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía por el que se regula la entrega y recepción, tanto de las muestras de restos óseos humanos procedentes de las exhumaciones realizadas en territorio andaluz, como de las de los familiares de las víctimas, para su posterior depósito, cotejo y entrega de resultados. El convenio persigue que las familias de desaparecidos durante la guerra civil y la Dictadura puedan "recuperar a sus seres queridos y darles un entierro digno". El acuerdo suscrito en su día completa el convenio marco rubricado en junio de 2016 entre ambas instituciones que permitió la puesta en marcha de un banco de ADN, similar a los existentes en Cataluña, País Vasco y Navarra.

De los estudios antropológicos realizados a los 89 esqueletos exhumados en Nerva (39 de la Fosa Sur y 50 de la Norte), 17 pertenecen a mujeres y uno a un menor de entre 15 y 18 años. La media andaluza de restos de mujeres encontrados en fosas comunes de la guerra civil es del 5%, mientras que en la localidad minera esa cifra se eleva ya al 20%. Según los expertos, el proceso de exhumación podría encontrarse en estos momentos entorno al 15% del total contemplado, por lo que las primeras estimaciones realizadas sobre unas 200 víctimas podría llegar a triplicarse.

Los restos que han ido apareciendo conforme iban avanzando los trabajos de exhumación presentan evidentes signos de violencia. Junto a alguno de ellos han aparecido proyectiles de fusil y casquillos de bala de pistola corta. Se encontraban interrelacionados de manera irregular. Las suelas de los zapatos de algunos sujetos han aparecido junto a los cráneos de sus compañeros, lo que indica que fueron arrojados a la fosa de cualquier manera, unos boca abajo y otros boca arriba.

Los trabajos de exhumación en el cementerio de Nerva podrían retomarse en septiembre, siempre y cuando se disponga de las subvenciones necesarias para continuar con el proceso. Su extensión en el tiempo dependerá de la cuantía concedida a las ayudas solicitadas por la administración local.

En Nerva se sitúa el enterramiento común más grande de los 120 contabilizados en Huelva, la segunda provincia con mayor número de fosas de su región. Se trata de la mayor fosa común documentada en una zona rural de España. Se encuentra en el interior del cementerio municipal y ocupa prácticamente todo el muro de la fachada principal, de extremo a extremo, con más de 200 metros cuadrados, a excepción de la puerta de entrada que divide a la fosa.

Según el último estudio presentado por los investigadores de la zona, Alfredo Moreno y Gilberto Hernández, las víctimas contabilizadas entre 1936 y 1939 en diferentes registros documentados rondan las 1.000 para toda la comarca, siendo los nervenses los más castigados con 336 víctimas, seguidos de riotinteños y campilleros con más de 200. Sin embargo, por los resultados que se están obteniendo de la exhumación que se está llevando a cabo en Nerva, todo parece indicar que las víctimas podrían ser el triple de las constatadas en los documentos oficiales.

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