doble crimen de almonte

La UCO investiga las amenazas sufridas por una testigo clave antes del juicio

  • La pareja de la vecina que escuchó el estruendo de los asesinatos de Miguel Ángel y María afirma que su novia fue intimidada

  • El asunto está en manos de la autoridad judicial

La Guardia Civil ante el número 3 de la avenida de los Reyes de Almonte el 30 de abril de 2013, un día después del hallazgo de los cadáveres.

La Guardia Civil ante el número 3 de la avenida de los Reyes de Almonte el 30 de abril de 2013, un día después del hallazgo de los cadáveres. / alberto domínguez

La Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, cuerpo de élite del Instituto Armado que llevó a cabo las pesquisas del doble crimen de Almonte, se encuentra inmersa en la investigación de las amenazas presuntamente padecidas antes del juicio por la principal testigo auditiva del asesinato de Miguel Ángel y María Domínguez, ocurrido en la noche del 27 de abril de 2013.

Como ha podido saber Huelva Información, el objetivo de este supuesto amedrentamiento es la joven ecuatoriana que vivía en el domicilio contiguo al número 3 de la avenida de los Reyes, quien mantuvo una conversación por Whatsapp con su novio el día de autos -a partir de las 22:03- en la que le narraba los ruidos que había escuchado relacionados con el crimen.

Estas indagaciones de la UCO parten de la denuncia interpuesta en La Palma del Condado por el hermano y tío de las víctimas, Aníbal Domínguez, el pasado mayo. Este explicó en dependencias policiales que había sabido que una persona tenía en su poder una conversación de Whatsapp en la que el novio de esta testigo (también citado en el juicio pero que finalmente no prestó declaración) afirmaba que ella había sido amenazada.

Los agentes se pusieron de inmediato manos a la obra. Consiguieron hacerse con este intercambio de mensajes y entregaron el caso a la autoridad judicial, que trata ahora de esclarecer lo sucedido.

Huelva Información ha tenido acceso a la conversación que centra las indagaciones de la UCO. Tuvo lugar en la noche del 8 de septiembre de 2017, es decir, solo dos días después del inicio de la vista oral que se celebró en la Audiencia Provincial de Huelva contra Francisco Javier Medina, absuelto del doble asesinato por un jurado popular el 6 de octubre del año pasado.

En este diálogo, del que se desprende que los interlocutores hablan con un elevado nivel de confianza, este chico explica que él y su novia estaban llamados a declarar como testigos y confiesa su hartazgo con el procedimiento judicial porque había tenido que testificar tres veces durante la instrucción de la causa.

Es en este punto cuando le espeta al receptor de los mensajes que "mi novia hasta amenazada" y que no se lo había contado a nadie porque pensaba que tenía el teléfono intervenido. Finalmente, pone de manifiesto que la declaración de su pareja y la suya propia son fundamentales porque "gracias a eso sitúan la hora del asesinato". La charla se produjo justo una semana antes del 15 de septiembre, día en que la testigo subió al estrado del Palacio de Justicia de Huelva.

Aníbal Domínguez enfatiza a este periódico que lo denunciado puede constituir "un hecho muy grave" y que, a su entender, ya tiene precedentes en el caso. Así, recuerda que el 27 de junio de 2014, jornada en la que Medina pasó a disposición judicial, uno de sus abogados defensores, Juan Ángel Rivera Zarandieta, "abordó en una sala en los juzgados de La Palma a uno de los testigos relevantes del caso", concretamente a uno de los caballistas que declaró haber visto al ahora absuelto fuera de Mercadona en horario laboral y minutos antes del doble crimen.

El hermano y tío de las víctimas remarca que el letrado le pidió "que si no le importaba cambiar en su testimonio la franja horaria en la que vio a su cliente", cuestión que fue expuesta por el caballista durante su intervención en el plenario en la Audiencia y también por el propio Domínguez.

Por este motivo se decidió a denunciar el último incidente ante la UCO "para que investigue a fondo y depure posibles responsabilidades". El almonteño subraya que "nos parece de una auténtica gravedad este tema, máxime cuando la propia familia ecuatoriana que asistió al juicio como testigo de lo que escucharon, en la sala evidenció un importante temor y algún miembro de esa familia se contradijo en su testimonio con respecto a lo que manifestó en la fase de investigación ante la UCO y durante la instrucción en los juzgados".

La familia de Miguel Ángel y María espera que el Tribunal Supremo resuelva pronto su recurso de casación, refrendado por la Fiscalía del Supremo, y que el Alto Tribunal ordene la repetición del juicio, de modo que ponga "cordura y sensatez a lo que es un despropósito".

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