Plantas más fuertes de las variedades más arraigadas en la provincia de Huelva por la climatología favorable durante los meses de noviembre y diciembre, así como diversos ensayos con otras nuevas para determinar su viabilidad, están marcando los primeros compases de la campaña de la fresa en Huelva, cuya fase de plantación se inició tras el pasado verano, y cuyos primeros frutos comenzaron a recolectarse a principios del mes de diciembre.

Una campaña que también viene marcada por un ligero descenso de apenas un 1,8 por ciento en cuanto a la superficie plantada de dicho fruto rojo con respecto a la pasada, según se desprende del informe inicial que sobre la misma ha realizado el Observatorio de Precios de la Junta de Andalucía, que también apunta que el terreno en el que se ha dejado de plantar fresa se habría destinado a otros berries.

Por su parte, según informó Freshuelva hace varias semanas a raíz de los datos aportados por sus empresas asociadas, la superficie destinada al cultivo de fresa asciende este año en la provincia onubense a 6.105 hectáreas, una cantidad mínimamente inferior a las 6.217 plantadas la anterior campaña.

Según también precisa dicho informe, entre las principales variedades plantadas este año sigue destacando la Florida Fortuna, a la que el frío de mediados de noviembre y principios de diciembre ha favorecido ayudando a un óptimo desarrollo de la raíz. De esta forma se ha logrado "plantas más fuertes", a lo que se suman otras variedades como Savana, Rábida o Rociera, entre otras.

El inicio de la campaña se caracteriza por la obtención de plantas más fuertes

De esta forma, en términos generales la climatología de las últimas semanas, caracterizada por el frío y las lluvias, no está afectando negativamente al desarrollo inicial de la campaña.

Por otra parte dicho informe detalla que la fase de recolección se dio por iniciada a mediados del pasado mes de diciembre, con volúmenes muy reducidos y poco significativos, en torno a 100 kilogramos semanales en algunas empresas. Una cifra que ha ido aumentando durante las fiestas navideñas, si bien no se estará a pleno rendimiento en esta materia hasta el próximo mes de marzo.

A todo lo anterior se suma que durante la presente campaña se están realizando diversas pruebas varietales en superficies reducidas y por parte de distintas entidades tanto públicas como privadas, con el principal objetivo de conocer cómo funcionan estas nuevas variedades y analizar su viabilidad en futuras campañas.

El aumento de la superficie plantada del resto de berries compensa el leve descenso de la fresa

Según Freshuelva, la superficie plantada en la provincia onubense del conjunto de frutos rojos para la campaña 2020/2021, un total de 11.630 hectáreas, se mantiene este año igual que la pasada campaña, tan solo variando la superficie de arándanos, que aumenta en un 7 por ciento, mientras que la frambuesa experimenta un descenso del 10 por ciento.

Por su parte la superficie destinada a fresa asciende a 6.105 hectáreas, una cantidad mínimamente inferior a las 6.217 hectáreas plantadas el año pasado.

Respecto al arándano, el único berry que incrementa la superficie, este año se alcanzan las 3.310 hectáreas, frente a las 3.089 plantadas en la campaña pasada. Además, la organización agraria ha constatado una mayor diversificación varietal, con especial incremento en las variedades tempranas que están permitiendo acceder al mercado desde primeros de año.

Recolección de las primeras fresas de este año el pasado mes de diciembre en una finca de Cartaya

En la otra cara de la moneda está la frambuesa, cuya superficie plantada decrece en un 10 por ciento, pasando de las 2.300 hectáreas plantadas en la campaña pasada a las 2.070 que hay en la presente.

Finalmente la mora, el berry con menos presencia en los cultivos onubenses, se estabiliza en las mismas 1.45 hectáreas plantadas en la campaña pasada.

Según el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, la climatología también ha sido este año una buena aliada en la fase de plantación, "ya que aún originándose ciertas pérdidas derivadas de algún tornado en la zona de la costa occidental, las lluvias posteriores han venido bien para enraizar las plantas, al contrario de lo que sucedió el año pasado, con un otoño muy cálido y sin lluvias".