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Ana y Alicia recogen medicinas y "sobre todo torniquetes" en Isla Cristina para los heridos por los bombardeos

  • Es el llamamiento que estos días realizan Ana y Alicia, dos hermanas ucranianas y vecinas de Isla Cristina que, desde el inicio de la guerra, están recogiendo material humanitario que después envían a su país

  • También piden medicamentos y comida enlatada "porque mucha gente en Ucrania carece actualmente de medios para cocinar"

Ana y Alicia clasifican el material humanitario donado por numerosos isleños estos días

Ana y Alicia clasifican el material humanitario donado por numerosos isleños estos días / Jordi Landero (Isla Cristina)

Son Sveta Koptiychuk y Alla Pelyshanko, dos hermanas ucranianas de 47 y 37 años que residen desde hace ya más de un quindenio en Isla Cristina -donde son conocidas por todos como Ana y Alicia-, y viven con el corazón en un puño desde que el pasado 24 de febrero Vladímir Putin ordenó al ejército ruso iniciar la invasión de su país.

Y aunque las bombas suenan aquí lejanas, la onda expansiva de cada una de ellas se clava como un cuchillo afilado en los corazones de Ana y Alicia con mucha mayor virulencia que en los nuestros dados los numerosos familiares, incluida su madre, que viven en Ucrania.

Por ello no lo dudaron y, tan pronto como comenzaron a llegar las primeras imágenes de lo que está sucediendo en su país, y del sufrimiento, la muerte y la destrucción que la invasión militar rusa está provocando, hicieron un primer llamamiento entre los isleños destinado a recoger toda la ayuda humanitaria posible, la cual están enviando en coordinación con la iglesia ucraniana de Huelva y con voluntarios que trabajan tanto en el interior de Ucrania, como en la frontera con Polonia.

Isla Cristina respondió con creces y, con lágrimas de emoción en los ojos, Alicia no encuentra palabras para agradecer tanto apoyo. Y es que ya han sido varias las furgonetas cargadas de mantas, ropa, alimentos o medicinas que, gracias a su trabajo y a la solidaridad del pueblo isleño, han salido ya desde aquí hacia Ucrania.

No obstante, tras el recrudecimiento de los últimos días de los ataques y bombardeos rusos sobre numerosas ciudades y pueblos ucranianos como Mariúpol, Irpin, Mikolaiv, Járcov, o la propia capital Kiev, entre otros muchos, las prioridades en relación a las necesidades están cambiando.

Así lo señala Alicia, quien detalla que al principio los voluntarios que trabajan sobre el terreno demandaban sobre todo ropa de abrigo y mantas, después alimentos -y muy especialmente infantiles como cereales o leche en polvo-, y posteriormente medicamentos.

Estos días, prosigue, la prioridad está en los torniquetes para detener el sangrado de las numerosas heridas provocadas por los intensos bombardeos, tanto entre los soldados del ejército ucraniano como entre la población civil. "En la última semana hemos conseguido más de 300 euros para torniquetes -añade- que cuestan unos 10 euros cada uno, y que ya hemos enviado a Ucrania". "Pero se necesitan muchos más -incide- y es lo que estamos intentando conseguir ahora".

Otro de los productos más demandados ahora, prosiguen, es comida enlatada "porque muchas familias ucranianas, y especialmente los soldados, carecen actualmente de medios para cocinar".

Además de torniquetes, lo que más les demandan estos días desde Ucrania son latas de comida Además de torniquetes, lo que más les demandan estos días desde Ucrania son latas de comida

Además de torniquetes, lo que más les demandan estos días desde Ucrania son latas de comida / Jordi Landero (Isla Cristina)

"Estamos destrozados, preocupados, hundidos e impotentes", indica por otra parte Alicia, quien afirma que tienen muchos familiares por toda Ucrania ya que su madre tiene diez hermanos. "Tenemos tíos, primos y sobrinos en distintas ciudades como Donetsk, Odesa, Mikolaiv, Yitomir o Kiev, "de donde a pesar de que les ha costado mucho, afortunadamente han logrado salir unas primas con las niñas y sin sus maridos, que se han quedado para ayudar a defender la ciudad". "Ellas han podido salir del país y están en Eslovenia, donde están acogidas en un colegio y desde donde quieren venir a España, pero tienen el problema de que han salido con su suegra, que está muy mayor y con poca movilidad, con la que es muy difícil desplazarse por Europa". "Pero por lo menos están a salvo después de haberlo pasado muy mal en Kiev", concluye.

Sobre su madre asegura que se encuentra bien, en su pueblo -Rivne-, que "por ahora está tranquilo". "Ella no se quiere ir -prosigue- porque ya está mayor y porque prefiere tener las puertas de su casa abiertas para acoger refugiados de ciudades bombardeadas.

Además de familiares, afirma que también tienen amigos que están intentando salir del país, pero no saben si lo lograrán y hasta donde podrán llegar "por las dificultades que se están encontrando para desplazarse por el interior de Ucrania".

Asegura que lo que peor llevan es el "miedo y la incertidumbre" a no saber qué va a pasar con los suyos y con su país el día de mañana. "Desconocemos si podremos seguir viajando a Ucrania cada verano, como hasta ahora, para que nuestros hijos vean al resto de la familia"; así como por último afirma que lo que más desean en estos momentos es la paz para su país, para concluir manifestando no tener palabras de agradecimiento para todas las personas que las están ayudando estos días.

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