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La Junta aprueba cambios en la delimitación del casco histórico

  • El conjunto pasa a tener una extensión de 9,56 hectáreas y un entorno adicional protegido.

El Consejo de Gobierno aprobó ayer la nueva delimitación del Conjunto Histórico de Almonaster la Real, municipio onubense que destaca por la conservación de su caserío tradicional y por su singular entorno paisajístico en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Declarado Bien de Interés Cultural en 1982, antes de la entrada en vigor de la Ley de Patrimonio Histórico Español, su anterior delimitación presentaba diversas indefiniciones.

En rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, el portavoz del Ejecutivo andaluz, Enrique Cervera, dijo que la decisión adoptada ayer refuerza el régimen de protección al establecer unos límites precisos basados en la homogeneidad de la trama urbana y en la estrecha relación entre este caserío y el espacio natural. De acuerdo con ello, el conjunto pasa a tener una extensión de 9,56 hectáreas y un entorno adicional de protección de 16,59 hectáreas que afecta al Cerro del Castillo y a una zona de edificios preindustriales al oeste del núcleo urbano.

Almonaster la Real estuvo asentada originariamente en el interior del recinto amurallado del castillo, en torno a la mezquita. A mediados del siglo XV, una vez pacificada la comarca tras la finalización de las guerras con Portugal, la población comenzó a descender hacia el valle y a configurarse alrededor de las fuentes del Llano y del Concejo.

La trama urbana se caracteriza por su trazado irregular, adaptada a la orografía accidentada del terreno, con pavimentos empedrados y desniveles más acusados a medida que se asciende por el cerro donde se asienta el Castillo-Mezquita.

El caserío conserva modestas casas mudéjares que prueban la pervivencia de este estilo hasta finales del siglo XVI, así como viviendas señoriales neoclásicas del siglo XIX y principios del XX. También existen numerosas casas del siglo XVIII, construidas sobre grandes solares y con patios y corrales traseros.

Los inmuebles presentan por lo general una planta y doblado, con cubiertas inclinadas a dos aguas de teja cerámica soportada por forjados de madera. Las fachadas más características están enfoscadas y encaladas hasta el suelo.

Dentro del conjunto histórico sobresalen como principales monumentos el Castillo-Mezquita y la Iglesia Parroquial de San Martín. El primero presenta varias etapas constructivas, como denota la presencia de lienzos de época tardocalifal con reforzamiento de sillares romanos, mientras que otros sectores de la fortaleza están datados en el periodo almohade y en la época medieval cristiana. La Iglesia de San Martín comenzó a construirse en el siglo XV.

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