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Greenpeace se encadena para paralizar el proyecto gasista

  • Gas Natural condena el "asalto" a sus instalaciones por parte de los ecologistas

Activistas de Greenpeace en las instalaciones de Gas Natural, ayer.

Activistas de Greenpeace en las instalaciones de Gas Natural, ayer. / C. López

La organización ecologista Greenpeace se ha atrincherado en las instalaciones que Gas Natural Fenosa posee en el término de Almonte. Una medida de protesta con la que trata de escenificar su oposición a los planes de la empresa catalana de extraer y almacenar gas en el subsuelo del Espacio Natural de Doñana, aunque fuera de las lindes del Parque Nacional.

Para ello, una veintena de activistas instalaron "un campamento de resistencia" y bloquearon con una cadena humana las puertas de entrada que dan acceso a las instalaciones, desplegando pancartas en las que se leía "Doñana no es un almacén de gas". Conjuntamente, sus escaladores se encaramaron a lo alto de una de las estructuras planta para tratar de concienciar a la ciudadanía sobre "la peligrosidad" de un proyecto que camina en la dirección opuesta a los compromisos que España va a suscribir hoy en Congreso de los Diputados al ratificar el Acuerdo de París.

Greenpeace conmina tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía a que, en el marco de sus competencias, adopte las acciones políticas y jurídicas necesarias para detener el proyecto, instando igualmente a Gas Natural a "renunciar a cualquier reclamación de responsabilidad patrimonial a las administraciones, que finalmente deriven en el pago de la ciudadanía".

El responsable de campaña de Greenpeace, Julio Barea, ve paralelismos con el proyecto Castor, promovido por la empresa Escal UGS para la construcción de un depósito de gas natural frente a las costas de Castellón y Tarragona, el cual terminó paralizando el Gobierno de España por la alta sismicidad que generaba las inyecciones de gas. Una actividad industrial que el activista apuntó que estuvo detrás de los 500 terremotos que se originaron en la zona. Para más inri, incidió en que la reversión de la licencia de explotación conllevó indemnizaciones millonarias que oficialmente ascendieron a 1.350 millones de euros, si bien la Organización de Consumidores y Usuarios elevó este montante económico hasta los 4.730 millones, denunciando, además, que la factura recaería directamente sobre los consumidores.

La empresa, por el contrario, siempre ha insistido en que sendos proyectos no tienen nada en común. En concreto lo que se proyectaba en el Mediterráneo era la construcción de un almacén artificial, mientras que lo que en la zona se planea es utilizar las cavidades que están en el subsuelo y que construyó la naturaleza hace millones de años.

Gas Natural Fenosa y Enagás han presentado sendas denuncias ante la Guardia Civil por la "ocupación" de sus instalaciones por parte de activistas de Greenpeace. Gas Natural ha condenado lo que considera un "asalto" de la organización ecologista. La compañía ha indicado que viene trabajando en el área de Doñana desde hace cerca de 30 años "con el máximo cuidado del entorno en el que se realiza su actividad".

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