Almonte

La Fiesta de la Luz, donde estar más cerca de Ella

  • Cientos de rocieros llegados de toda Andalucía y otras zonas de España presentan a sus hijos ante la Virgen del Rocío. Las colas de devotos recorren el centro del pueblo en una actividad que duró varias horas

Presentación de los niños a la Virgen del Rocío en Almonte.

Presentación de los niños a la Virgen del Rocío en Almonte. / Alberto Domínguez (Almonte)

Un día soleado y luminoso acogió ayer en Almonte la Fiesta de la Luz, o la Candelaria, que conmemora la presentación de Jesús en el templo. Por eso, cientos y cientos de devotos rocieros acudieron durante toda la mañana dominical y parte de la tarde a estar un poquito más cerca de su Madre, la Virgen del Rocío, para presentar a sus niños ante las plantas de la Blanca Paloma.

El ambiente festivo imperaba desde bien temprano en la plaza del Rocío de la localidad almonteña, donde un grupo de rocieros de Málaga ponían el toque de música cantando y bailando verdiales, mientras lugareños y visitantes miraban entusiasmados tanto derroche de alegría y devoción. Y es que la jornada invitaba a disfrutar de esa luz que ha traído febrero al sur de España, luz que habla de una primavera cercana y que invocaba a vivir intensamente el poder pasar por el manto de la Virgen, en una de las festividades religiosas que se vive de forma más entrañable en torno a la Reina de las Marismas.

El domingo comenzó temprano con una misa a las 9:00, presidida por el párroco y director espiritual de la Hermandad Matriz, Francisco Jesús Martín Sirgo, para a las 11:00, una hora antes que años pasados, comenzara la presentación de los niños ante la Virgen en la que, de forma organizada, los rocieros suben al altar y van pasando por detrás de la Patrona para pasar bajo su manto, custodiado por los camaristas de la Virgen.

Al comienzo del acto, el presidente de la Hermandad Matriz, Santiago Padilla, se dirigió a todos los devotos para agradecer la presencia de tantos y tantos rocieros llegados de múltiples lugares para que “la semilla rociera” siga creciendo a través de sus niños, y que en la jornada de ayer se plasmó de forma singular por ser en Almonte, como sucede cada siete años. Para Padilla supone “una honda satisfacción” ver cómo estaba la iglesia con tantos infantes que eran llevado ante la Reina marismeña.

Bendición del párroco

A continuación, se produjo una de las imágenes más significativas y bellas de la Candelaria, los niños en hombros de sus padres y alzados en sus brazos, mientras el párroco los bendecía. “Derrama tu bendición sobre estos hijos tuyos”, se le oía decir, mientras los pequeños, sabedores intuitivamente del momento en el que se encontraban, miraban en silencio al altar, donde la Madre eterna miraba con su serena belleza. El acto prosiguió no con menos emoción, ya que el coro de tamborileros de la Hermandad Matriz comenzó a entonar sus sones empezando con la Salve Rociera, tan popular y emotiva para todos los rocieros.

Una joven pareja llegada desde Morón de la Frontera venía con sus dos hijas gemelas, África y Ainoha, que justamente cumplían ayer seis meses, para presentarlas ante la Blanca Paloma. “Es un sueño estar aquí”, contaba a este diario Loli, la madre, mientras guardaban cola poco antes de empezar el acto. Algo más atrás estaba Antonio, que venía con su hija Patricia desde Castillo de Lobutín, en Jaén. Para estar en Almonte a la hora señalada habían salido de su pueblo a las 5:30, pero en sus caras no había cansancio, solo mucha ilusión. Así lo decía Patricia que, con 13 años, cada Candelaria acude a ver a su Virgen, emocionada y “con muchísimo amor”. Y es que se llevó “todo el camino nerviosa”, de lo que le gusta este día, apuntaba su padre.

El manto de la Virgen del Rocío protege a un recién nacido El manto de la Virgen del Rocío protege a un recién nacido

El manto de la Virgen del Rocío protege a un recién nacido / Alberto Domínguez (Almonte)

Otra pareja venía desde La Carlota, en Córdoba, para presentar a su hija Triana del Rocío a la Virgen. La mamá, Juani, contaba que le costó quedarse embarazada por lo que estaba viviendo “con mucha ilusión”, el poder estar a pocos metros de la Blanca Paloma. Así se llama otra pequeña, Blanca Paloma, que venía con sus padres desde Cañada Rosal, en Sevilla, para pasar bajo el manto de la Virgen y recibir su bendición. Antonio y Estefanía decían que iban al Rocío por lo menos cinco o seis veces al año, y apuntaban que les estaba gustando mucho la experiencia en Almonte, donde acudían por primera vez para este evento.

También llegaron padres, madres y abuelos desde Extremadura, de Puebla de la Calzada, en Badajoz. Desde allí llegó una joven pareja para volver a presentar a su hija, de año y medio, de nuevo ante la Virgen, aunque esta vez en Almonte, motivo que les empujó a repetir la experiencia, para conocer el pueblo de la Virgen. De Jaen, de Coín (Malaga), o del Ejido (Almería) llegaron también familias enteras para estar más cerca de Ella sin pesar la distancia, ni las horas de viaje.

Vivencias de los vecinos

Por su parte, muchos almonteños vivían de forma intensa un domingo que siempre ha sido especial y entrañable entre los rocieros. Así, las hermanas Sonia y María Belén estaban en la iglesia viendo como comenzaba el acto, mientras aupaban a su sobrino que, con año y medio, ya miraba a la Blanca Paloma para tirarle besos. “Aquí en Almonte llevamos los niños a la Virgen al nacer, antes de entrar en casa”, o “cuando tienen que operarse, aunque sea algo que no es grave”, explicaba a Huelva Información Sonia, para indicar que el día de ayer se dedicaba a los rocieros que vienen de fuera. “Nos gusta salir y ver el ambiente”, además cualquier excusa es buena para volver a ver a la Patrona. Igual ocurre con las peregrinaciones los fines de semana, apuntaban. Y es que son días de aprovechar al máximo, mientras la reina marismeña se encuentre en Almonte.

El ambiente en los alrededores de la iglesia parroquial era festivo y de convivencia, con un casco urbano repleto de fieles y visitantes que no quisieron perderse la jornada dominical con esa sensación de proximidad y cercanía entre todos los rocieros que es notoria y palpable. La catedral efímera acogía un incesante paso de personas, entre lugareños y visitantes, donde un denominador común los unía sin remedio, el del amor por la BlancalPaloma.

El Rocío acogió, igualmente, a grupos de rocieros que acudieron desde variados lugares para disfrutar del fin de semana y estar desde bien temprano en Almonte para guardar la cola que les llevaba hasta las plantas de la Patrona almonteña, Madre de todos los rocieros. Mientras tanto el dispositivo de seguridad puesto en marcha por el Ayuntamiento funcionó como otros fines de semana festivos, desde que la Virgen llegó a la localidad el pasado agosto.

Las fiestas de la Candelaria comenzaron el pasado sábado cuando tuvo lugar el rezo del Santo Rosario por las calles almonteñas, presidido por el simpecado de la Matriz. A continuación, a las 21:00, en la parroquia se celebró la Solemne Vigilia Mariana, con exposición del Santísimo. Ofició la eucaristía el párroco de Almonte, Francisco Jesús Martín Sirgo. Además, la Coral Basilical de Nuestra Señora de la Caridad, de Sanlúcar de Barrameda, puso la nota musical en la jornada sabatina.

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