La pérdida del que fuera párroco de Zalamea ha generado una gran cantidad de muestras de condolencias de vecinos, hermandades y distintos colectivos de la localidad, así como del propio Ayuntamiento, que ha indicado en una nota que "Don Manuel Cirilo ha dejado una inigualable impronta en nuestra localidad durante sus años de sacerdocio, destacando su lucha social por conseguir una Zalamea más justa". Desde el Consistorio, se han declarado dos días de luto oficial.

Manuel C. Arroyo, neció en Valverde del Camino en 1942, llegando a Zalamea recién iniciada la década de los ochenta del pasado siglo para sustituir al anterior párroco Andrés Crespo. Cirilo, como era conocido cariñosamente, aporto una visión más moderna de la vida parroquial y mostró su fuerte compromiso social, apostando por instituciones como Cáritas o Manos Unidas como instrumentos de ayuda a los más necesitados.

Destacó por su colaboración en proyectos ambiciosos como el nacimiento del hogar infantil Talita Qumi o la residencia de ancianos, que actualmente, lleva su nombre.

En 2015, celebró sus bodas de oro sacerdotales, ocupando el papel de párroco In Solidum junto a nuevos sacerdotes en la Parroquia de la Asunción hasta la actualidad.

El sepelio se realizará en su localidad natal, estando prevista otra ceremonia en Zalamea en los próximos días.