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Bienvenido Rosa Villarta, camarero del Rey

Bienvenido Rosa Villarta, camarero del Rey

Bienvenido Rosa Villarta, camarero del Rey

A Bienvenido lo conozco de toda la vida, pero nunca le he llamado Bienvenido. Y es que todo el mundo lo conoce desde pequeño por Beni. Nació en Huelva en 1954, en la zona de Isla Chica, y fue bautizado en la Iglesia del Sagrado Corazón, la del Polvorín. Pero se vino a Punta Umbría porque sus padres, Andrés Rosa y Catalina Villarta, empezaron a venir en principio solo los veranos, pero luego se quedaron para toda la vida. Montaron un negocio y, como el pueblo los acogió con mucho cariño y ellos también daban mucho, pues aquí se quedaron con sus cuatro hijos: Andrés, Antonio, Beni y Mary.

Beni empezó a trabajar en la hostelería desde que dejó el colegio, donde tuvo de profesores a don Eustaquio, don José Luengo y don José Morgollón, entre otros. Comenzó como aprendiz en el célebre bar La Flotilla y en la Cafetería Núñez, que estaba en la calle Ancha frente al antiguo mercado de abastos. Luego estuvo con José Luis Perdigones, magnífico profesional del que aprendió mucho en el mejor restaurante que había en aquellos momentos. También trabajó en el bar de Everluz y fue adquiriendo tal fama como camarero y jefe de sala que se lo rifaban para llevárselo a hoteles y restaurantes fuera de Punta Umbría. Incluso trabajó en la Costa del Sol, más concretamente en Benalmádena. Pero él quería montar su propio negocio y por eso volvió a la Punta Umbría de su alma, porque ya él no quería otro lugar que no fuese este.

Pero antes tuvo que hacer el servicio militar, que le tocó en la Capitanía General de San Fernando, en Cádiz, donde adquirió fama como buen profesional de la hostelería. Por eso fue elegido cuando el Rey de España visitó la base aeronaval de Rota como el camarero que iba a acompañar a Don Juan Carlos de Borbón en todo momento. Beni destaca como un privilegio haber sido nombrado, al menos por un día, “el camarero del Rey”. Además, cuenta que este fue muy simpático y que tuvo muchas atenciones con él.

El primer bar que montó fue el Benimar, en el año 1982, y posteriormente El Velero, en 1991, que es el que actualmente regenta con tanto éxito. Y como decía un buen amigo mío, “es que en El Velero es donde mejor tratan el pescado”. Y yo añado: y a sus clientes.

A Beni le gusta que le digan “tabernero” igual que al conocidísimo Lucio de Madrid. Es que la palabra tiene su encanto. Beni también fue profesor de hostelería del antiguo PPO entre los años 1970 y 1980, formando a cientos de jóvenes que querían introducirse en este mundo. También se presentó a muchos concursos nacionales de coctelería representando a Andalucía. Fue a Málaga, Madrid, San Sebastián o Santander, donde quedó en el puesto número 3 de toda España consiguiendo el premio que se le llamaba “El Chicote de Bronce”. Y desde entonces pertenece a la Asociación de Barman de España.

Tiene en su casa una colección de botellas de cerámica que posiblemente sea la mayor de toda la provincia de Huelva. Y es que lo suyo es de verdadera vocación. A otros les da por coleccionar sellos o mapas y a un tabernero qué le va a gustar, pues eso. Y además tiene muchas botellas antiguas de sifón y otras botellas raras, sacacorchos y utensilios varios, lo que hace que su casa sea un auténtico museo.

Hoy día es un verdadero placer visitar El Velero, donde nos recibirá con mucho afecto y buen hacer su esposa, que siempre atenta actúa de relaciones públicas y nos ofrecerá una gran variedad de platos bien cocinados y todo tipo de pescados fritos, en salsa, o a la plancha, destacando las coquinas de buen tamaño que siempre tiene con un sabor que solo ellos saben darles.

A todo esto, él fue presidente durante varios años de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme). Colaboró con el club de baloncesto local, también con el fútbol, con la Hermandad de la Virgen del Carmen y con la del Santo Cristo del Mar. Y por si fuese poco, por ayudar a Punta Umbría, quiso poner su granito de arena en mejorar el pueblo y se presentó para ser elegido alcalde por el Partido Popular, ya que era miembro de esa formación desde hacía mucho tiempo.

Ganó en aquellas elecciones José Hernández Albarracín, del Partido Socialista Obrero Español, pero le faltaron apoyos para formar corporación con mayoría absoluta y Beni, que su único afán era el de trabajar, le ofreció su ayuda. Fue nombrado primer teniente de alcalde y concejal de Turismo y de Limpieza. Y a decir verdad fue un magnífico concejal y la limpieza del pueblo lo notó, pues tanto él como el alcalde fueron muy obsesivos y fue una época donde Punta Umbría brilló. Y todo eso gracias al tesón y al trabajo de este puntaumbrieño que siempre deja muy alto el listón, allá por donde va.

Para terminar, decir que de aquella relación de trabajo conjunto con el alcalde Pepe Hernández quedó una extraordinaria amistad que mantienen hoy. Y eso es algo bonito que tiene a veces la política, que siendo de ideas contrarias, si hay buena educación y respeto se puede convivir perfectamente. Y esto es una lección que Beni lleva muy a gala.

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