Provincia

Aracena revalida su afición al 'patchwork'

  • El segundo encuentro, en el que participaron unas 300 personas, se celebró en el pabellón ferial En esta edifición se ha impartido formación a grupos reducidos en talleres

La localidad serrana de Aracena acogió durante el fin de semana su segundo encuentro y mercado de arte patchwork en el pabellón ferial. La nota destacada de este año fue el salto de calidad al que sin duda ha contribuido el cambio de ubicación, ya que el encuentro celebró por primera vez en el pabellón ferial. El año pasado tuvo lugar en los salones del Hotel los Castaños, mientras que el mercado se desarrolló en la sala de exposiciones del Teatro Sierra de Aracena, lugares que se quedaron pequeños.

El pabellón logró aunar en un mismo recinto ambas propuestas, más aún en un fin de semana donde la lluvia estuvo muy presente. En total, fueron unas 300 personas, cifra similar a la del pasado año, las que se dieron cita.

En esta edición se realizaron, como novedad, microtalleres específicos con algunos responsables de los puestos del mercado, una formación para grupos reducidos que ha tenido gran acogida. También como novedad hubo un servicio de bar a través del colectivo de Ibermed, centrado en la ayuda a los niños de Guatemala, y muy presente siempre en Aracena.

En el mercado se instalaron varios puestos donde se vendían numerosos artículos de patchwork y anualidades. Objetos de regalo, telas, seda, recuerdos, prendas, entre otros, realizados de forma sorprendente y donde lo tradicional no está reñido con las nuevas tecnologías.

Los participantes en el encuentro se situaron en largas mesas y realizaron la tarea planteada desde la organización, produciéndose una bonita estampa con las telas, agujas, alfileres, hilos y demás utensilios.

El arte patchwork (que consiste en la unión de telas) ha irrumpido de forma sorprendente en los últimos años en la sierra, donde cada vez se han integrado más personas en la realización de talleres y cursos. Se aprovecha todo, aunque hay telas especiales y se hacen auténticas virguerías. Durante el año hay profesionales que enseñan y amplían el conocimiento del patchwork.

La imaginación también aflora porque muchos diseños son realizados por las participantes; primero, a lápiz sobre la tela y, luego, el hilo da forma a la obra. Algunas hacen los trabajos para uso personal y otros lo venden.

Suelen ser caros porque tienen muchas horas de trabajo, aunque se valora poco, nos dicen, al centrarnos siempre en el precio y no el mérito de hacerlo. Gracias al arte patchwork, se hacen colchas, bolsos, tapices, cubrecamas, camisetas con aplicaciones, muñecas llamadas tildas… Cosas algunas de primera necesidad, diferentes y únicas. En Aracena hay incluso tiendas especializadas en la venta de estos productos, y que en algunos casos han formado parte de la organización del encuentro junto al Ayuntamiento.

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