Panorama

El ex comisario Villarejo pierde los nervios en prisión tras negarse a un cacheo

  • Llegó a pedir a voces la presencia de Grande-Marlaska y golpeó su cabeza contra la pared

José Manuel Villarejo.

José Manuel Villarejo. / M.G.

El ex comisario José Manuel Villarejo exigió a voces que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se personara en la prisión de Estremera (Madrid), mostrando así su queja porque los funcionarios lo estaban cacheando tras una comunicación familiar, siguiendo el reglamento penitenciario. Visiblemente nervioso, la emprendió a golpes contra la pared de la sala donde se encontraba

"¡Esto es humillante, que venga Marlaska!", reclamó a gritos a los funcionarios, llegándose a golpear con la cabeza en la pared. Los trabajadores, viendo a Villarejo fuera de sí, procedieron a explicarle que cumplían con el protocolo para comprobar que los internos no intercambian con sus visitas material prohibido por el reglamento, como pueden ser teléfonos móviles, dispositivos de grabación o dinero.

El incidente ocurrió a principios de este mes de diciembre, cuando ya se había cumplido un año de su ingreso en prisión preventiva en el marco del caso Tándem. El nerviosismo del comisario llegó a tal punto que los funcionarios de Estremera dieron traslado a sus superiores, ante el temor de que Villarejo se pudiera autolesionar.

Desde que explotó la operación de la Fiscalía Anticorrupción y Asuntos Internos de la Policía se han difundido una serie de audios atribuidos a Villarejo y que afectan a políticos, empresarios y altas personalidades del Estado como el Rey Juan Carlos. La dirección de Estremera ha decidido intervenir sus comunicaciones con el exterior ante el riesgo que haga un uso fraudulento de las mismas y el interno filtre datos que pongan en riesgo la seguridad del Estado.

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