Tribuna

eduardo moyano

IESA-CSIC

Sobre confianza, cooperación y gobierno

Sobre confianza, cooperación y gobierno Sobre confianza, cooperación y gobierno

Sobre confianza, cooperación y gobierno / rosell

En la fracasada sesión de investidura de Pedro Sánchez de hace tres semanas se puso de manifiesto una profunda desconfianza entre los dirigentes del PSOE y los de Unidas Podemos. Y ello ante las cámaras de TV para estupor de sus respectivos votantes. La sensación que se tuvo es la de que con esos mimbres difícilmente se puede hacer un buen cesto.

Se sabe que, en las relaciones sociales y económicas, la confianza es un elemento fundamental. También lo es en las relaciones políticas, especialmente en la formación de gobiernos sin mayoría parlamentaria que exige la cooperación de varios partidos.

Si no hay suficiente nivel de confianza entre los posibles socios de un Gobierno de coalición, es muy probable que la experiencia no termine bien. En esos casos, parece mejor ir construyendo relaciones de cooperación en escalas inferiores (puestos intermedios de la Administración) en vez de compartir responsabilidades en las altas esferas del Gobierno (Consejo de Ministros).

La mutua desconfianza no impidió el apoyo de Unidas Podemos al PSOE en la moción de censura contra Rajoy. Pero fue más por el interés de que el líder del PP saliera del Gobierno, que por confiar en Pedro Sánchez. También es cierto que ambas formaciones políticas han cooperado en la formación de gobiernos de coalición en ayuntamientos y Comunidades Autónomas (Barcelona, Sevilla, Aragón, Comunidad Valenciana…)

Pero coaligarse en la formación del Gobierno de la nación es algo diferente, ya que muchos de los temas que son objeto del Consejo de Ministros son temas de Estado. Para ello se necesita que los miembros del Gobierno confíen entre sí, pero no sólo eso. También es necesario que las cúpulas de cada uno de los partidos coaligados ejerzan un nivel eficaz de coordinación imperativa sobre sus dirigentes territoriales para poder expresarse con una sola voz sobre temas importantes de la agenda política (el tema catalán, las relaciones con el bloque atlántico en materia de defensa, la disciplina presupuestaria de la zona euro, las relaciones con Marruecos…)

En este sentido, no parece que exista actualmente en Unidas Podemos un nivel suficiente de coordinación imperativa interna como para inspirarle confianza al PSOE. La actual Unidas Podemos es más una plataforma electoral (formada por IU, las mareas y otras organizaciones, como Equo o los anticapitalistas) que un partido vertebrado internamente.

Por ello, la falta de confianza entre los dirigentes socialistas y los de Unidas-Podemos y la desconfianza que genera esta formación ante el riesgo de que no sea capaz de vertebrar una posición común en determinados asuntos de Estado, no parece que sean buenos ingredientes para la formación de un gobierno de coalición.

Pedro Sánchez quiere evitar que se repitan las elecciones, necesita llegar a un acuerdo con Unidas Podemos para asegurar su investidura. Pero no parece que esté dispuesto a lograrlo aceptando un Gobierno de coalición. A lo sumo, propone un pacto a la portuguesa, basado en un acuerdo programático con Unidad Podemos y con posibilidad de incluir en el Gobierno a personas cualificadas próximas a la formación morada. Esta postura es apoyada por todos los miembros de la Comisión Ejecutiva del PSOE.

En Unidas Podemos no hay consenso sobre este asunto. Sólo el círculo más próximo a Pablo Iglesias aboga por participar en una coalición de Gobierno como condición para apoyar a Pedro Sánchez. Fuera de ese círculo hay quienes proponen, como IU, explorar otras vías de cooperación, aceptando el pacto a la portuguesa que ofrece el PSOE. Hay incluso quienes valoran dentro de Unidas Podemos el alto riesgo que le supondría a esta formación política formar parte de un Gobierno de coalición con el PSOE en una legislatura que se prevé compleja, tanto en términos económicos como políticos.

A la vista del evidente recelo entre estos dos partidos de izquierda, resulta prematuro que se impliquen en un Gobierno de coalición de incierto desenlace. Parece más razonable pactar un programa común e ir tejiendo relaciones de confianza en sede parlamentaria para preparar acuerdos de cooperación más estrecha en el futuro.

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