Tribuna

Celia Carrión

Comité Científico de Afide

Ha cambiado el juego

Una lectura del entorno nos invita a pasar de una economía de la eficiencia a otra de la imaginación. Será mejor trabajar con lo que viene que con el conocimiento que ya tenemos

Ha cambiado el juego Ha cambiado el juego

Ha cambiado el juego / rosell

Hhace apenas unos meses, cuando veíamos esta expresión escrita, AC y DC, automáticamente traducíamos antes de Cristo y después de Cristo. ¿Qué pasaría si la mostrásemos ahora? No nos sorprenderíamos si algunos transcribiesen antes del Covid, después del Covid. Ahí tenemos un ejemplo de transmutación de un concepto cuasi inmutable, uno más de los cambios en las variables trascendentes que nos han venido acompañando. También han cambiado drásticamente nuestra concepción de la movilidad, la oportunidad, la seguridad o la forma de relacionarnos y trabajar.

Hablamos de que todo ha cambiado, de que cambiará aún más. Lo escucho y leo y percibo el sesgo: no transmite desafío, sino desconcierto, impotencia e inclusive miedo. No es criticable, estamos en un momento de ruptura con la zona de confort, lo que se llama la zona de hundimiento, hemos perdido la tierra conocida, las cosas no son como eran y tampoco acabamos de adaptarnos al nuevo escenario, entonces nuestra confusión es normal y nace de una lectura realista del presente, pero no puede condicionar nuestra determinación de ser constructores del futuro desde este presente. Estamos en la etapa previa a lo que se llama etapa de descubrimiento donde aparecen nuevas oportunidades, algo parecido a cuando se visibiliza el horizonte de una tierra nueva después de una tormenta durante la travesía.

Así, una lectura del entorno actual nos invita a pasar de una economía de la eficiencia a una economía de la imaginación, en la que será más importante trabajar con lo que viene que con el conocimiento que ya tenemos, el pasado nos informa, pero no ha de condicionarnos. Traigo a colación la Ley de Revans: "La supervivencia de un organismo depende de que su tasa de cambio sea igual o mayor a la del entorno". De nuevo una invitación para el infinito potencial del ser humano, para poner en juego el desarrollo de todas sus destrezas y abrirnos a la curiosidad y a la aprendibilidad.

Aprender expande consciencia, amplía nuestro conocimiento del mundo, satisface nuestra curiosidad y nos empodera.

Por tanto, pasó el momento de jugar el juego anterior. Y no sólo se trata de abrirnos a la confianza, posibilidad y oportunidad del nuevo juego, sino de poner en marcha nuevos recursos. Uno de ellos consiste en desarrollar otras competencias, desde una actitud de coraje, confianza, esfuerzo y optimismo inteligente. Parece pues congruente la fórmula para desarrollar talento basada en no considerar suficientes los conocimientos y habilidades técnicas, sino que requiere dar rango e importancia al desarrollo y entrenamiento de las competencias blandas o transversales, soft skills, así como el aprendizaje de habilidades digitales; y todo ello desde la consciencia de nuestro rol en el presente para construir un futuro, y desde el anclaje a valores esenciales que nos sujeten ante la duda o la dificultad extrema. Entrenamos habilidades para una tarea concreta, por el contrario las competencias son para toda la vida. Así, la autogestión, creatividad, liderazgo, comunicación, resiliencia, empatía o proactividad nos serán útiles para adaptarnos a cualquier situación.

Es también el momento de líderes de excelencia con visión, agudeza, claridad, y agilidad. Y mientras esos líderes de excelencia van dando señales de una forma clara de actuación, no podemos quedarnos esperando. Quedarnos a la espera de la respuesta de otros, biológicamente nos desgasta, psicológicamente nos debilita. Es el momento de la actitud emprendedora, de identificar modelos de avance en las propias organizaciones motivando a la acción a los intraemprendedores; también es el momento de apoyar nuevos modelos de negocio, de animar la industria y la innovación entrenando músculo emprendedor y acompañando a los que se lanzan a emprender. La ciencia ha probado que el ser humano en una actitud de espera, de dependencia del otro, se victimiza, por el contrario, abre una infinita caja de recursos cuando actúa y se activa para buscar la respuesta.

Así que mientras que instituciones educativas y gubernamentales deciden sus nuevos modelos de liderazgo, y su nueva forma de apoyar el emprendimiento y la innovación (me vienen al recuerdo las facilidades administrativas, financieras y fiscales que acompañan a las nuevas iniciativas en países vecinos) vamos a entrenar esas competencias. Y exigiendo a las instituciones para que se unan, porque solos quizás llegaremos antes, pero juntos llegaremos más lejos y nos haremos realmente grandes.

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