Tribuna

Sixto Romero Sánchez

Profesor de la Universidad de Huelva. Presidente de la Academia Iberoamericana de La Rábida.

J. Isidoro Morales: onubense universal (I)

Comienzo una serie de varios artículos en Tiempo de Academia referente al científico e ilustrado filósofo José Isidoro Morales, que era también doctor en Teología. Canónigo de la Catedral de Sevilla y Académico de las Reales Academias de Bellas Artes de Madrid y Sociedad Económica de Sevilla. Fue un hombre que destacó en la Ilustración española, en la época de José Bonaparte, cuando ostentó un cargo importante de su Administración. Se exilió en 1813 a Francia.

Después de los actos celebrados en su honor la semana pasada en nuestra ciudad, pretendo presentar algunas de sus aportaciones en el campo de la matemática electoral. Hay dos razones que quiero significar en torno a la figura de tan singular personaje: la primera, porque hay que poner en valor a las personas nacidas en Huelva y que han tenido un papel preponderante en el desarrollo cultural de España y otros países, en el caso que nos ocupa, en Francia. Nació en Huelva el 4 de noviembre de 1758 y el pasado día 29 de octubre de 2018 se cumplía el ducentésimo aniversario de su fallecimiento en París; y la segunda, porque el pasado domingo día 2 se celebraron elecciones en nuestra comunidad autónoma y me parece oportuno hablar, en clave electoral, sobre el gran relegado hasta ahora José Isidoro Morales.

Quiero manifestar mi enorme agradecimiento a investigadores españoles, en concreto al profesor de la Universidad de Huelva Manuel José de Lara, que han puesto en valor su figura -olvidada como tantas otras- como matemático, pedagogo y propulsor de la libertad de prensa, nombrado en 1793 director de Matemáticas de los Pajes del rey Carlos IV compartiendo conocimientos matemáticos con Alberto Lista y Rebollo Morales. La presentación en Huelva el 29 de septiembre de 2016 de la biografía José Isidoro Morales. De Andalucía a París por parte del profesor doctor Manuel J. de Lara en el Centro de Estudios Andaluces, consiguió romper el estigma del ninguneo sufrido por uno de los ilustrados de la España del Liberalismo, pionero en el avance de las ciencias y las letras, padre de la libertad de imprenta y autor de una aclamada memoria matemática de cálculo electoral, como se ha citado ut-supra, hecho al que me referiré en varios artículos de Tiempo de Academia.

Leemos en el magnífico libro La revolución, la política moderna y el individuo: miradas sobre el proceso revolucionario en España (1808-1835) de Richard Hocquellet, págs. 277 a 280: "… se puede identificar en Sevilla, por aquellas fechas, un grupo que aglutina de forma inequívoca convicciones políticas explícitas... formación mediante los datos biográficos disponibles sobre sus líderes… En la Junta de instrucción pública volvemos a encontrar personalidades de la Ilustración española. Varios de sus doce miembros pertenecían al grupo de Quintana: Isidro Antillón, miembro de la Academia de la Historia; José Isidoro Morales, canónigo de Sevilla, matemático y hombre de letras; Alberto Lista, poeta, redactor….".

También en el artículo Unos años difíciles: ocaso, huida y exilio de los afrancesados andaluces, págs. 6 a 9 de Juan López Tabar, podemos leer sobre la difícil vida del refugiado en Francia: "… el grueso de los refugiados andaluces cruzaría la frontera,… Hasta entonces estuvieron más o menos juntos (descontando algunos que se quedaron en Valencia y emigraron a lo largo de 1813 o incluso ya en 1814 desde Cataluña, o los que de Valencia marcharon a Madrid y huyeron precipitadamente tras la derrota en la batalla de Vitoria en junio de 1813). A partir de entonces comenzaría la dispersión. Por delante tuvieron unos meses muy complicados, de marchas y contramarchas, ordenadas por unas autoridades francesas cada día más desbordadas ante la avalancha…".

Pero sigamos la pista a algunos casos concretos. Alberto Lista pasará el exilio entre Auch, Montpellier, Toulouse y de nuevo Auch (donde en 1816 publica el Examen de Reinoso), sobreviviendo como maestro de matemáticas. Por fin, en marzo de 1817 podrá regresar a España, instalándose primero en Pamplona y desde 1819 en Bilbao. Javier de Burgos se encontraba en París ya a finales de 1812. En abril de 1814 figura en la lista de Montpellier y más tarde se estableció en Marsella, donde intentó sin éxito prosperar en los negocios. Como Lista, regresó en 1817. José Isidoro Morales, arcediano de la catedral sevillana, matemático ilustre y autor de una obra pionera sobre el cálculo electoral se estableció en París, donde vivió malamente hasta su muerte en octubre de 1818.

La pertenencia por parte de José Isidoro Morales al grupo de "poder" citado le permitió tener una visión de conjunto que les proporcionó poner de relieve dos vertientes de un fenómeno corriente en las instituciones administrativas en periodo de crisis política, a saber: la fidelidad personal y la politización de los grupos.

He encontrado, una imagen digital en http://books.google.com que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de la biblioteca Biblioteca Nationale de Napoli, en la que se cita al onubense como autor de algunas demostraciones matemáticas sobre el método utilizado para elegir los miembros del Instituto y que esbozaré con detalles en siguientes entregas.

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