Tribuna

Manuel Enrique Figueroa Clemente

Profesor de la Universidad de Sevilla. Académico de Número de la Academia Iberoamericana de La Rábida

Coronavirus, ecología y economía

La Ecología nos da luces sobre las epidemias y pandemias. Los virus están en el medio natural, pero mutan con gran facilidad en el medio humanizado, un ambiente transformado, y pasan con más facilidad de los animales a los seres humanos. Nuestra acción sobre el medio natural favorece la generación de virus con capacidad de generar epidemias y pandemias. La ecología de virus lleva a su baja letalidad y su alta transmisibilidad. Evolutivamente el virus no quiere matar, quiere tener cuantos más huéspedes mejor para poder reproducirse. El problema con los seres humanos es que los favorecemos sacándolos de su medio natural y facilitando su mutación. Mejor no pensar que pueda haber virus generados artificialmente. El problema con los virus es que hay personas con facultades disminuidas, patologías variadas, deficiencias inmunológicas hereditarias, sistemas inmunológicos deteriorados, y tienen por ello muy alto riesgo si el virus les llega; y, a nivel global, países con mucha pobreza y sistemas sanitarios con carencias. También hay países muy ricos con ausencia de un sistema sanitario social.

El éxito de un parásito biotrófico, un virus, depende del hecho de que sea un competidor eficaz por los recursos frente a las partes del huésped a las que parasita. En los ecosistemas los huéspedes naturales están siempre atrapados entre los costes de la susceptibilidad y los costes de la resistencia; el ser humano también. En la transmisión de enfermedades es muy importante el concepto de tasa reproductora básica Ro, es el promedio de nuevos casos de enfermedad que surgirían a partir de un solo huésped infectado al ser introducido en una población de huéspedes susceptibles. El umbral de transmisión que debe ser superado para que la enfermedad se propague viene dado por la condición de Ro = 1. Una infección desaparece cuando Ro < 1 y se propagará cuando Ro> 1. La tasa reproductora básica de un virus depende de tres factores: la densidad de individuos susceptibles en la población huésped, las densidades elevadas ofrecen más oportunidades para la transmisión del patógeno; la tasa de transmisión de la enfermedad dependiente de la capacidad de infección de la enfermedad y de las pautas de comportamiento del potencial huésped; y del tiempo durante el cual el huésped infectado continúa siendo infeccioso y puede transmitir la enfermedad a otros huéspedes. Por ello, la densidad de individuos susceptibles en la población del huésped es un factor crítico, también la tasa de transmisión de la enfermedad y periodo medio de tiempo durante el cual el huésped infectado continúa siendo infeccioso.

Esta realidad explica la opción de la contención por aislamiento de todos los potenciales huéspedes transmisores para impedir que lleguen a los colectivos más susceptibles, es decir las personas mayores y las que tienen deficiencias en su sistema inmunitario por patologías previas. Existen otras opciones y acciones que podrían haberse tomado, pero en el momento actual ya solo hay una segura, la que se ha elegido. La novela de Víctor Hugo Los Miserables establece la palabra miserable como conjunto que agrupa a los desgraciados y a los despreciables, los que pierden y los que ganan; los pobres y los ricos, en definitiva. Los que deciden nuestro presente y futuro, el Gobierno y la Unión Europea, deben procurar que con la crisis del coronavirus los despreciables no sean más ricos, y los desgraciados aún más extremadamente desgraciados. La globalización de la economía no ayuda a una crisis como la generada por el coronavirus. Ninguna empresa debe utilizar la crisis del coronavirus para destruir empleo; no puede haber Ertes despreciables, no controlados por el Gobierno, con una previsión de paro de cuatro millones de personas.

El Gobierno debe ser duro e impedir que el impacto del coronavirus en la economía sea un daño estructural más en un país castigado anteriormente. El Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España, aplicando el Principio de Precaución. no debe generar subproductos económicos y sociales no deseables. El Gobierno de España debe estar atento y velar que una crisis de salud no se convierta en una crisis económica de consecuencias no previsibles con posibles intereses ajenos al bien común. En nuestro país, con una economía basada en gran medida en pequeñas y medianas empresas y en autónomos, estos colectivos no deben sufrir una crisis económica, son muy vulnerables y su capacidad de resiliencia es baja.

Apoyemos de verdad a los autónomos y no olvidemos otros colectivos como las empleadas y empleados de hogar, o las parejas separadas con hijos, y concentremos nuestro esfuerzo en los colectivos de riesgo (especialmente las personas mayores de 70 años y las que tiene patologías previas), pensemos en los centros de mayores y actuemos en ellos ya que, de una manera ejemplar, nos hemos aislado socialmente minimizando la transmisión del virus. El agradecimiento al colectivo de la sanidad y nuestras fuerzas de seguridad debe ser patente.

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